HAY UNA FORMA DE HABLAR QUE CUESTIONA EL MASCULINO COMO UNIVERSAL PARA INCLUIR A LAS MUJERES Y A QUIENES NO SE SIENTEN REPRESENTADOS POR NINGUNO DE LOS DOS GÉNEROS. ES UN NUEVO LENGUAJE Y SE ESTÁ HACIENDO OÍR.En un contexto de lucha social encabezada por el movimiento de mujeres y los colectivos por la diversidad sexual, tomó impulso una nueva forma de comunicación que incluye a quienes no se identifican con los géneros binarios establecidos. Todos, todas y todes: bienvenides al mundo del lenguaje inclusivo. “Es una intervención del discurso público que busca crear conciencia sobre una situación de injusticia en la sociedad, sobre una desigualdad histórica que existe entre el hombre y la mujer, y entre el hombre y las minorías sexuales”, explica Santiago Kalinowski, director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras. La necesidad de un discurso no sexista llevó a cuestionar el uso universal del masculino y así surgieron nuevas formas de nombrar que amplían el reconocimiento de los sujetos. “Ellos y ellas”, “nosotros y nosotras”, se escuchó primero. Más tarde, aparecieron el “todxs” y el “tod@s”, pero el año pasado, en medio del debate por la legalización del aborto, algunos sectores empezaron a utilizar la “e”, una vocal que incluye masculino, femenino y a todo un universo de diversidad. A diferencia de la “x” y el “@”, la “e” se hizo escuchar porque puede trasladarse al habla. La explosión que hubo en 2018 se debió a la difusión mediática de una entrevista a la vicepresidenta del Centro de Estudiantes del Colegio Carlos Pellegrini. “Algunes”, “les”, “diputades”, repitió ante las cámaras de TN Natalia Mira. “Lo que está ocurriendo hoy es fruto de una cuarta ola feminista que revisa el lenguaje como una expresión cultural. Pero ya en la Revolución Francesa, que da apertura a la modernidad, la escritora Mary Wollstonecraft problematizó este tema. En su libro Vindicación de los derechos de la mujer ya daba cuenta de que el sujeto masculino no contempla a otra porción de la humanidad”, señala la socióloga Victoria Freire.EL LENGUAJE INCLUSIVO SEÑALA INCOMODIDAD Y AL MISMO TIEMPO, LA PRODUCE. ES UN FENÓMENO RETÓRICO, PORQUE SU OBJETIVO PRINCIPAL ES CREAR UN EFECTO EN EL QUE ESCUCHA.
POSE, LES PIONERES
La cadena Fox Premium estrenó en octubre del año pasado Pose la primera serie subtitulada con lenguaje inclusivo, tanto en español como en portugués. Ambientado en Nueva York en 1987, el drama creado por la dupla Ryan Murphy – Brad Falchuk (Glee, American Horror Story, Nip/Tuck) hace énfasis en las luchas de la comunidad transexual e indaga sobre la revolución de género, la liberación sexual, los casos de discriminación y las enfermedades de transmisión sexual de la época, a lo largo de ocho episodios de una hora.
El lenguaje inclusivo señala incomodidad y al mismo tiempo, la produce. Es un fenómeno retórico, porque su objetivo principal es crear un efecto en el que escucha. Por esa razón, aún genera controversias en algunos sectores de la sociedad y la Real Academia Española (RAE) rechaza de forma contundente su incorporación a la lengua. “El masculino puede abarcar el femenino en ciertos contextos. No hay razón para pensar que excluye a las mujeres”, remarca la institución. Pero eso no detiene a los más jóvenes y en escuelas, marchas y hasta en algunos medios de comunicación, el inclusivo ya es una realidad. “Hoy, aquellos que están en contra, no pueden evitar el tema. Buscan descalificarlo, dicen que la gramática no lo acepta, pero no lo pueden evitar. Los cambios lingüísticos no se imponen por la fuerza, pero uno de los rasgos más interesantes del fenómeno es que se ubica por fuera de las reglas gramaticales. Es una acción social y política, que intenta capturar la imaginación de las personas y crear un impacto en lo real”, concluye Kalinowski.