La historia marcada en las paredes

Foto: larutanatural.gob.ar

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Uno de los sitios arqueológicos más importantes de la Argentina se encuentra en la provincia de Santa Cruz y resguarda pinturas rupestres realizadas por cazadores recolectores que habitaron la zona hace más de 9 mil años.


Cueva de las Manos está situada en el Cañadón del Río Pinturas entre las localidades de Perito Moreno y Bajo Caracoles, y se accede por la ruta nacional Nº 40. Durante la visita se recorre un sendero de 1,5 km en una de las laderas del cañadón del río Pinturas, desde el que se observan pinturas que fueron realizadas con pigmentos minerales extraídos del suelo y las rocas.

Es una de las expresiones de arte rupestre más antiguas de la historia de Sudamérica: con colores ocre, rojo, violeta, amarillo, blanco y negro, representan escenas de caza, rastros de ñandúes y figuras geométricas. Además, el área donde se encuentra, resguarda la naturaleza más salvaje de la estepa, desde mesetas basálticas, cerros, cañadones y tierras de colores habitadas por guanacos, choiques y cóndores andinos.

Foto: larutanatural.gob.ar

En 1997, el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) -a través de la Dirección Nacional de Patrimonio de la Secretaría de Cultura- elevó la propuesta para integrar al sitio arqueológico a lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, lo que fue aprobado por ese organismo. En junio de 1998 se llevó a cabo la presentación del dossier con la propuesta final del “Área Arqueológica y Natural Alto Río Pinturas. Santa Cruz, Argentina”, que finalmente fue declarada en diciembre de 1999 con la denominación de “Cueva de las Manos, Alto Río Pinturas”.

La UNESCO destacó la importancia de Cueva de las Manos como un “conjunto pictórico único en el mundo” por su antigüedad y continuidad a través del tiempo, la belleza y estado de conservación de las pinturas, la magnificencia de los conjuntos de negativos de manos y de escenas de caza y por el escenario que rodea al sitio de una “belleza emocionante” y por “formar parte del valor cultural del sitio en sí mismo” (ICOMOS, Paris 1999).

Historia de su investigación 

El reconocido viajero inglés George Musters fue el primer hombre blanco en merodear el valle en el año 188, pero no tuvo la suerte de dar con los aleros pintados. Sin embargo, medio siglo más tarde, un sacerdote llamado Alberto M. de Agostini, logra llegar y describir su impresión de las pinturas en su libro “Los Andes” (1950), donde publicó cuatro fotos y una de ellas estaba en colores. Ese mismo año comenzaron los primeros estudios del lugar.

Foto: larutanatural.gob.ar

En 1964, el topógrafo y arqueólogo Carlos J. Gradin, inicia las primeras exploraciones en el área de Cueva de Las Manos. Y recién a partir de 1973 comienzan sus investigaciones científicas, junto a C. A. Aschero y A. M. Aguerre, con el auspicio del CONICET. Desde 1995 el Programa Documentación y Preservación del Arte Rupestre Argentino del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano de Buenos Aires, implementa actividades para la protección de todos los sitios arqueológicos con arte rupestre del país. En ese momento, se le asignó máxima prioridad a Cueva de las Manos, por ser considerado uno de los sitios más importantes y de gran atractivo turístico del país.

Se llevaron a cabo una serie de acciones que resultaron en la administración y plan de Gestión del patrimonio en Cueva de las Manos y luego la presentación del sitio a la UNESCO para su inclusión en la lista de patrimonio mundial. Desde entonces, María Onetto está a cargo del proyecto Conservación y Gestión Sostenible del Patrimonio Cultural. 

2023

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Info e imágenes: larutanatural.gob.ar