En la diversidad de los paisajes de la Provincia habitan especies animales representativas de diferentes ecosistemas como la Mariposa Bandera Argentina, que vive en la costa rioplatense, y la Lagartija de las Dunas, que anida en los médanos de las playas del Atlántico.
Las reservas naturales El Destino en el partido de Magdalena y Faro Querandí en Villa Gesell son el ámbito donde esas especies habitan junto con otras para conformar un escenario único de belleza y armonía, que invita al asombro y la contemplación.
Río, bosques y mariposas
El Destino se encuentra dentro del Parque Costero del Sur -declarado Reserva de Biósfera por la UNESCO- que se extiende entre los distritos de Magdalena y Punta Indio.
En el predio de la fundación “Elsa Shaw de Pearson” se conserva el ambiente original conformado por playas, pajonales inundables, pastizales y el bosque nativo de tala, que tiene el rol de mantener la biodiversidad de fauna y flora.
El tala está vinculado con otro tipo de plantas y arbustos: sombra de toro, molle, sauco, ombú y coronillo, cuyo fruto es el alimento elegido por la oruga que luego se transformará en la Mariposa Bandera Argentina.
Quienes visiten el lugar podrán observar diferentes especies de animales: gato montés, vizcacha, mulitas, peludos, zorrinos, hurones, zorros, carpincho, escuerzos y ranas. Los aficionados al avistaje de aves se encontrarán con cardenales de copete colorado, palomas yerutí, torcaza, pirincho, chinchero, leñatero, naranjero, zorzal, garzas, y Martín pescador.
En este ecosistema ribereño la mariposa se desplaza con su vuelo lento y ondulante de mediana altura, sus planeos cadenciosos y bruscos aleteos, y capta la atención de los turistas por su gran tamaño: mide 110 milímetros (mm) en el caso de las hembras, y 90, en el de los machos.
Durante enero, la mariposa sale a la naturaleza como tal, y su presencia se puede observar hasta abril cuando los otoños son cálidos.
Su ciclo de vida inicia con la hembra depositando los huevos de dos milímetros bajo diferentes hojas de coronillo y en el proceso de crecimiento las larvas se nutren de ese árbol. Son muy llamativas por su color rojizo y la abundancia de pelos simples.
“Se destacan por su carácter gregario, ya que se alimentan juntas hasta los últimos estadios. Son como pompones grandes que contrastan con la gran copa verde oscura de los coronillos. Además, el arbusto les sirve de refugio porque son una forma de buscar mayor protección frente a los predadores”, explicaron desde la reserva El Destino.
El desarrollo de la Mariposa Bandera Argentina depende estrictamente del coronillo, especie en peligro de extinción debido a la invasión de plantas exóticas como el ligustro que crece con facilidad e impide que otras absorban la luz natural.
El Destino -IG: @reservaeldestino– es ideal para disfrutar de la naturaleza ya que a través de los senderos, de la cartelería informativa y de la señalética las personas podrán realizar un recorrido autoguiado para experimentar la vida silvestre ribereña.
También ofrece visitas a las construcciones originales del siglo pasado que aún se conservan en el lugar. La casa museo de estilo moderno con influencias de la Escuela Bauhaus fue construida por el arquitecto Enrique Martínez Castro en 1929, y el museo campero se erige en una edificación típica de Nueva Inglaterra.
Los médanos y su fauna
En el partido de Villa Gesell se ubica la Reserva Natural Municipal Faro Querandí, que cuenta con una superficie total de 5.757 hectáreas, que tiene como función preservar la biodiversidad y el ecosistema de dunas costeras.
“Acá se encuentran los últimos veinticuatro kilómetros que quedaron en estado natural en la provincia de Buenos Aires, si tomamos en cuenta que desde Punta Rasa hasta Mar Chiquita había ciento ochenta kilómetros de dunas”, informó Abel Escobar, guardaparque de Faro Querandí.
En 1996 la zona fue declarada como reserva para proteger la fauna, flora y dos servicios ecosistémicos fundamentales: la reposición de arena que carga las playas de la ciudad y el agua potable.
En el primer proceso las corrientes marinas depositan los granos de arena en la orilla del mar, el sol los seca y cuando el viento sopla desde el océano hacia el continente los va acumulando en las dunas.
“Faro Querandí es un reservorio de agua dulce muy importante. Se trata de una gran esponja que cuando llueve filtra el agua, la mineraliza, y pasa a nuestra napa directamente. Sobre la zona de circulación podés hacer un pozo y a cincuenta centímetros de profundidad se halla agua dulce”, explicó Escobar.
En este ambiente de médanos y mar crecen especies vegetales medicinales y comestibles como plantas de marcela, yerba de la perdiz, dondiego de la noche, brusquilla y lengua de vaca.
También es hábitat de aves, anfibios, mamíferos y reptiles, entre ellas la Lagartija de las Dunas, “animal que tiene un comportamiento similar al de una tortuga marina pero vive en el continente. Durante el verano deposita siete huevos dentro de un pozo, luego el sol se encarga de que estas crías puedan nacer, al calentar la arena como si fuera una incubadora”, detalló el guardaparques.
La piel de este reptil se mimetiza perfectamente con el color de las dunas para poder escapar de sus depredadores naturales. Sin embargo no sucede lo mismo frente a una moto, un cuatriciclo o una camioneta. Por eso los guardaparques piden a quienes circulan por la reserva que lo hagan solo por la zona media.
Dos circuitos autogestionados con diferentes distancias, Palos Rojos, el más extenso, y Palos Amarillos, facilitan el recorrido del lugar.
Los viernes a las 17:00 se realiza una visita guiada por el sendero de baja intensidad con una duración de cincuenta minutos. Los guardaparques acompañan la guiada por diferentes tipos de dunas: vivas, que se mueven de un lado hacia otro por la acción del viento; semifijas, en ellas hay vegetación que detiene el avance de la arena, y las fijas, que se localizan hacia el interior del continente donde también hay vados interdunales.
Además se hacen relatos explicativos a partir de las huellas de animales que aparecen sobre los médanos.