En primera persona – Turismo experiencial 

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Autora: Gabriela Moreno

Las localidades del sur del partido es como se las denomina a  Mar Azul, Las Gaviotas y Mar de las Pampas, están ubicadas en una extensión de territorio que en sus inicios fueron remates fiscales de arena que poco valor tenían para un mercado histórico donde la mirada estaba puesta en las tierras con potencial para ganadería o para ser cultivables. 

Así quienes para esas décadas (hablamos de 1957) pensaban o tenían el arrojo de adquirirlas estaban tildados de locos. Claro, mirándolos hoy en el tiempo podemos decir que fueron visionarios con un gran espíritu aventurero y emprendedor.

Estas superficies abarcan 1.7 km de este a oeste y unos 3.6 km desde los confines del Villa Gesell (donde se encuentra la entrada a Mar de las Pampas por la Av. 3) hasta la actual calle 45 de Mar Azul. El tramo que va desde la misma calle 45 hasta el final de Mar Azul se sumaron luego ya que tiene que ver con el Ex Camping de Ingenieros que surge como emprendimiento tiempo después. 

Las características que poseen es contar con playas amplias que invitan a caminarlas recostadas sobre un bosque de pinos, álamos y acacias. Las formas en que se fijaron las dunas y se forestaron  fueron distintas. En Mar de las Pampas, se implementó la estructura de ante duna, (esta técnica había sido utilizada en el mar Báltico) generando un bosque de acacias, pinos, álamos, olivos de bohemia de gran magnitud y diseño como su traza urbana. 

Las Gaviotas, en cambio, se pensó como parcelas en cuadrículas (clásico trazado urbano de la provincia de Bs.As.) no se realizó una reforestación planificada y solo quedó librado a la utilización de acacias para la fijación y luego vendrían algunos álamos y pinos pero casi plantados en simultáneo con la instalación de complejos y viviendas (por so es la localidad más soleada). 

En Mar Azul existe el bosque más añoso de estas urbanizaciones, el cual tuvo distintas etapas, ya que en sus inicios quienes arrancaron con la aventura de crear pueblos costeros en medio de arenas que lo único que hacían era volar constantemente, se fundieron más de una vez y así quedó por años en abandono el trabajo. En esta aldea se pueden apreciar las distintas etapas de desarrollo edilicio las cuales algunas quedaron tapadas por completo por la arena años atrás.

Por eso poseen características que las hacen únicas y a la vez perfectamente armoniosas. Se podría decir que conforman una famosa trilogía ¿no?

Hoy quiero resaltar la importancia de la historia de un destino, de un pueblo o aldea que ligado al turismo hacen a un lugar único. La historia, es decir el pasado, conlleva no solo un hecho que quedó en el atrás sino el relato de quienes lo vivieron o de quienes de boca en boca lo van transmitiendo, cuando esto lo ligamos al turismo de experiencias, el período de vacaciones adquiere una magia e importancia única.

Porque no podemos negar, que para elegir un lugar para relajarnos, ya sea solos, en pareja, con amigos o familia, obviamente tendremos en cuenta la geografía, el clima y nuestras preferencias al respecto. Pero si solo fuera eso, todas las playas serían iguales, todos los pueblos serían lo mismo. Y la verdad es que no lo son. Porque la impronta y las características de un destino o pueblo turístico se la dan justamente su historia, sus relatos narrados, sus pobladores, los vecinos locales y las vivencias que nosotros mismos generamos. 

En aquellos sitios donde recordaremos haber sido devorados por los mosquitos, cada calle de arena o sendero caminado, cada porción de playa donde tomamos sol o simplemente nos sentamos a tomar mate, donde llenamos los pulmones de aroma a mar, o donde tuvimos la primera clase de surf y claro con cada exquisitez disfrutada de una gastronomía exquisita, variada, y para todos los gustos. Porque lo que adquirimos con todos nuestros sentidos queda en nosotros para siempre. 

Cuando se habla de TURISMO EXPERIENCIAL de eso se habla, de vivir el DESTINO, pero no solo de realizar actividades de todo tipo y de acumularlas como quien colecciona monedas. Se trata de conectar con el entorno, de poder comprender ese equilibro que hay entre paisaje natural y cultural y la población local. Turismo con empatía, con comprensión y con menos individualismos, ese es el TURISMO de Experiencias.

Autora: Gabriela Moreno