Al oeste de la provincia de Entre Ríos hay un rincón donde la naturaleza tiene un papel preponderante. ¿Estás pensando en hacer una escapadita? Te presentamos a Paraná, la ciudad que combina historia, gastronomía y actividades para todos los gustos.
“Escapada: viaje o salida que se hace de manera rápida y por muy poco tiempo, generalmente dejando las ocupaciones habituales y con el propósito de divertirse o distraerse”. Google, fuente de consulta tan instantánea como obligatoria en algunos casos, trae una definición que, más poéticamente, se materializa en esa bocanada de aire fresco que nos tomamos cada tanto para alejarnos de las rutinas y obligaciones para conectar con aquello que más nos gusta.
Ubicada al oeste de Entre Ríos, y capital de la provincia, Paraná cumple con ese check list imaginario para que una escapada sea inolvidable: historia, naturaleza, un abanico de actividades y gastronomía. Descansando sobre barrancas que oscilan entre los 30 a 50 metros (con algunos picos más altos), ostenta el galardón de haber sido la capital de la Confederación Argentina entre los años 1853 y 1861. Y aún hoy guarda secretos para sorprender a sus visitantes…
Para empezar a darle forma a ese viajecito de relax, qué mejor que repasar todo lo que esta polifacética ciudad tiene para ofrecer.
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La naturaleza, protagonista
La naturaleza es protagonista en cada rincón de Paraná. El Parque Urquiza, de 44 hectáreas de extensión, es una muestra cabal de ello. Y sus tres costaneras son la invitación para disfrutar de monumentos, esculturas, el anfiteatro y por supuesto, la playa, en un marco natural inmejorable donde es imperdonable olvidar el mate.
El islote Municipal Curupí, declarado “Área Natural Protegida” y situado justo frente al puerto de la ciudad, es la excusa ideal para embarcarse y descubrir escondidos entre el paisaje a patos silbadores, teros reales, iguanas, tortugas de agua y carpinchos, entre tantísimas otras especies.
Un río, mil opciones
¿Qué decir del río Paraná? Con mencionar que es uno de los más largos de Sudamérica (con más de 4000 kilómetros desde la fuente del río Grande) alcanza para dimensionar la lógica importancia que tiene para la ciudad. De hecho, a su alrededor confluyen diversas actividades náuticas, tan diferentes como interesantes, entre las que se destacan remo, canotaje, jet ski, kitesurf y wakeboard.
También está la posibilidad de embarcarse y desandar las aguas del río, con opciones varias, ya sea un paseo en catamarán, travesías en kayak, un safari fotográfico o para pescar.
El túnel subfluvial, un antes y un después para la región
En 1969 tuvo lugar un evento trascendental para la región mesopotámica: la inauguración del túnel subfluvial “Raúl Uranga – Carlos Sylvestre Begnis”, que une la ciudad de Paraná con la de Santa Fe, bajo el lecho del río Paraná. Con casi 2400 metros de largo, se transformó en el primer enlace vial de la Mesopotamia con el resto de la Argentina (anteriormente, el cruce se realizaba en balsa).
Por su relevancia histórica y por tratarse del único túnel subfluvial construido en el lecho de un río de llanura en todo el mundo, realmente vale la pena visitarlo. Todos los días del año, de 8.30 a 17.30, se realizan visitas guiadas gratuitas que permiten conocer detalles de su historia, cómo fue el proceso constructivo y también cuál es la proyección a futuro. ¿Un imperdible? La Sala de Controles, desde la cual se monitorea el tránsito, el sistema de inyección y extracción de aire, entre otras actividades de control y prevención.
Panza llena, corazón contento
Con el río como fiel ladero, hablar de gastronomía en Paraná remite casi inevitablemente a las variedades de pescados que se pueden disfrutar a lo largo de la costanera. ¿Un dato? La Peña del Dardy, atendido por sus propios dueños, es parada obligatoria en la zona de Puerto Sánchez. Ofrece diversas variedades de platos, entre los que se destaca lógicamente la pesca del día y los mariscos.
En cuanto al hospedaje, la zona céntrica puede ser una muy buena opción para buscar alojamiento, dada su cercanía a diversos edificios históricos de la ciudad (como la Catedral Metropolitana Nuestra Señora del Rosario o el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas) y por el rápido acceso a la costanera y el río.
Ahora, solo falta armar el bolso y dejarse sorprender por la ciudad de Paraná y todo su encanto.
Por Christian Ali Bravo