El 7 de enero de 2023 el cielo de Roque Pérez invita a su gran fiesta anual: La Noche de los Almacenes.
La mística comienza a adueñarse del atardecer en el campo y como en una peregrinación, los visitantes comienzan a recorrer las calles de tierra para encontrar naturaleza, un poco de historia, buena comida y música para vivir una inolvidable fiesta. Este año se cumplen 10 años de una fiesta que atrae a miles de personas cuyo único objetivo es vivir la noche campestre y divertirse en grande, aprovechando los estrellados cielos del verano mientras se vivencian viejas épocas.
La Noche de los Almacenes es una de los eventos populares más importantes que brinda la provincia de Buenos Aires. Es por eso que los roqueperenses se preparan todo el año para que los visitantes se sientan como en casa. Desde varios puntos de Capital Federal como así también de diversas ciudades, comienzan a llegar los turistas al atardecer y cada uno va eligiendo cuál será su almacén preferido, más allá que durante la noche los visiten a casi todos.
La noche se vuelve mágica ya que todos los almacenes rurales ubicados en los alrededores del pueblo abren sus puertas desplegando la excelente gastronomía bonaerense y la música local, representada por payadores, cantores, guitarristas, violinistas y grupos musicales que interactúan permanentemente con el público presente.
El encuentro y la mística se conjugan al atardecer cuando el sol regala la primera gran foto y anticipa lo que será esa gran noche, que a muchos encontrará reunidos hasta el amanecer en los patios de alguna de las antiguas pulperías y locales de ramos generales, que alguna vez fueron cuna de aquellos hombres de campo que llegaban hasta allí a caballo.
Música, encuentro, risas y baile se presentan mientras comienzan a circular empanadas cortadas a cuchillo y los asadores esperando a miles de comensales que, ante la variedad, no sólo visitan un local, sino que circulan hora tras hora por todo el circuito de la Paz Chica y Carlos Beguerie.
La Querencia, el Almacén de Ramos Generales La Paz, La Estafeta, El Gramiyal, el Bar Lasca y el antiguo Almacén San Francisco, aún se conserva en adobe como en el 1900, alistan -entre otros- sus tenedores para atender a miles de comensales que buscan no sólo divertirse sino disfrutar de una velada puramente campera, con poca luz y mucha imaginación.
Algunos de los viejos locales se especializan en cazuelas y picadas, otros suman pastas caseras y fiambres. En ninguno falta la cerveza artesanal o incorporan cordero o lechón además de nuevos platillos para vegetarianos y celíacos –beneficios de la modernidad.
Camino a Beguerie está El Gramillal y más allá La Perla como La Juana, abren sus puertas y revolucionan el pueblo ya que instalan mesas y sillas en jardines y patios aledaños porque todos saben que se sirve uno de los mejores asados al asador de la región.