CÓRDOBA
Grandes piedras que simulan formas que se multiplican con la imaginación, flora y fauna particulares, un laberinto y centenares de rutas equipadas de escalada deportiva lo vuelven un atractivo turístico digno de ser visitado en más de una ocasión, con sorpresas naturales en cada una de ellas.
El Valle de Punilla invita a un viaje en el tiempo que se remonta a 350 millones de años atrás con un objetivo imperdible: conocer la formación de Los Gigantes, el macizo ubicado en el extremo norte de las Sierras Grandes de Córdoba, a solo 84 kilómetros de la capital provincial y a 28 de la localidad de Tanti, desde donde comienza el camino de ripio que lleva a destino.
Además de un sinfín de inmensas piedras graníticas que generan siluetas de incontables formas, muchos de sus visitantes son cautivados por un laberinto que exige extrema atención, muchos otros porque se trata de uno de los centros de escalada en roca más importantes del país y todos por ser una de las últimas reservas de cóndores y tabaquillos del planeta.
La mayoría de los caminantes toma el Sendero Norte, uno de los caminos más concurridos, hacia el punto más alto de Los Gigantes: el Cerro Mogote. Se accede por el ingreso oficial “Casas Nuevas” y luego solo resta seguir las apachetas que guían la ruta.
El recorrido regala a los turistas un paisaje que atraviesa pendientes fuertes, cuevas, ríos subterráneos, arroyos encajonados, cascadas, vertientes, quebradas, valles y, después de algunas escaladas y usando las manos, la oportunidad de llegar a la cima, que alcanza los 2.374 metros sobre el nivel del mar.
Una vez arriba, la sensación de estar más cerca del cielo es única. Y la belleza que se impuso en todo el recorrido se potencia aún más con las vistas panorámicas que convierten al cerro en un mirador natural increíble: hacia el sur se pueden divisar la Pampa de Achala y el cerro Champaquí; al este, el Valle de Punilla y el cordón de las Sierras Chicas; al oeste, los volcanes, la Pampa de Pocho y el Valle de Salsacate; y al norte, las cumbres de Gaspar, las pampas de San Luis y Cuchilla Nevada.
Las caminatas –que incluso pueden hacerse de noche, cuando el firmamento gana un protagonismo especial– exige de tres a cinco horas de ascenso, con un circuito de dificultad moderada que incluye 15 kilómetros de distancia de ida y vuelta.
Ante la falta de experiencia caminando en montaña, se recomienda imperiosamente la contratación de un guía habilitado por Turismo de Córdoba para disfrutar con mayor seguridad de la actividad.
#YoMeQuedoEnCasa
#CórdobaDesdeTuCasa