Olavarría, corazón de la provincia

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Turismo rural, gastronomía regional y una amplia oferta hotelera resumen la propuesta de Olavarría, una localidad que ya se perfila como favorita para las escapadas de fin de semana.


Ubicado a 359 km de la Capital Federal, en el centro de la provincia de Buenos Aires, el partido de Olavarría tiene ese delicado equilibrio entre la armonía de pueblo y el bullicio de una gran ciudad. Cualidad valiosa para quienes buscan destino para esas “escapadas” en las que priman tanto el descanso como la necesidad de disfrutar de nuevas experiencias.

De paseo por el casco se pueden conocer los edificios más importantes de la ciudad y visitar los comercios y servicios que completan una propuesta urbana que no les debe nada a los destinos más populares. El flamante Paseo Jesús Mendía (inaugurado en 2011) vincula al sector más céntrico de la ciudad unificando la calle con las veredas, entre Rivadavia y Vicente López. La obra bautizada en homenaje al Padre Jesús Mendía, quien llegó en 1981 y dejó su huella en las parroquias San Cayetano y San José, incluye plantas, iluminación, bancos y espacios diferenciados con decks. Pero es la Plaza Coronel Olavarría, que data de la fundación de la ciudad, el centro geográfico de la traza a la hora de delimitar la organización del territorio; a partir de ésta se ubicaron las tres avenidas (Del Valle, Colón y Pringles). El diseño urbanístico sigue los lineamientos de todos los poblados de origen español desde los comienzos de la colonización.

Por aquel entonces y hasta que se fueron construyendo teatros y lugares de esparcimiento, la plaza funcionaba como centro cultural y recreativo y era la sede de los bailes populares. Más tarde llegarían las edificaciones como el Teatro Municipal, uno de los reductos culturales más importantes de la ciudad. Pensado como una sala de estilo clásico, tiene una planta principal dividida en tres columnas (plateas centro, izquierda y derecha), dos niveles destinados a pullman y súper pullman y capacidad para más de mil espectadores. En el año 1895 el Arzobispo de Buenos Aires aprobó los planos para la construcción de un nuevo templo que reemplazaría a la “Iglesia Primitiva”, ubicada a 100 metros de la actual iglesia. El nombre de San José se decidió por licitación pública y fue elegido en alusión al patrono del trabajo, pues a finales del siglo XIX, Olavarría era conocida como la ciudad del trabajo.

La nueva iglesia se construyó en estilo europeo clásico, con dos torres y un campanario con dos campanas traídas de Italia y bendecidas por el Obispo de La Plata. El interior consta de una nave central y dos laterales con techos abovedados, tiene aberturas vidriadas, altar central y altares laterales menores, coro, atrio y púlpito, y sin retablo -en su lugar hay un imponente vitreaux-.

Para completar el recorrido vale la pena pasar por el ex-Banco Olavarría de estilo neo-clásico rococó y cúpula hexagonal. Entonces sí, ya será hora de refrescarse y recargar energía en la pulpería La París, la primera casa de ladrillos construida en 1870, antes de que el suelo que pisamos se convirtiera oficialmente en partido. Si el tiempo acompaña, la sugerencia es encarar una travesía a pie por los parques.

La ciudad tiene una atractiva propuesta de espacios en contacto con la naturaleza para compartir momentos con amigos o en familia. El lugar está provisto de iluminación nocturna, bicisenda, juegos infantiles, baños públicos, aparatos de gimnasia, skate park, fuente de agua, monumentos, represa (Puente Hornos) y los Siete Puentes Colgantes, patrimonio local que une ambos márgenes del Arroyo Tapalqué y la Casa del Bicentenario.