Por Gimena Bugallo.
Jean Chevalier y Alain Gheerbrant escribieron alguna vez en su libro “Diccionario de los símbolos”, que los árboles eran uno de los temas simbólicos más ricos y extensos del mundo y que representan la vida en perpetua evolución.
Tocar los troncos de los árboles, abrazarlos, sentir sus texturas y contemplar sus hojas o restos nos permite una apertura de sentidos y conectar con la riqueza del entorno.
Hoy te dejamos un nuevo Top 5 con una selección de diversos tipos de bosques que hay en nuestro país para visitar durante toda la temporada.
Bosque encantado de Cariló, Buenos Aires
La costa argentina en esta época siempre es una gran opción. A poco más de 360 kilómetros desde Buenos Aires y muy próxima al centro de Pinamar, emerge este área forestal que invita a vincularse con aires de tranquilidad y sosiego. La historia cuenta que el nombre Cariló es de lenguaje mapuche y significa “médano verde”. Este hermoso bosque nos regala una combinación perfecta de nuestra tierra en la que se mezclan las dunas, los árboles, la arena de las playas y el inmenso océano. Pasear por aquí es una experiencia que atraviesa hasta a los más escépticos: el aroma de las hojas, la brisa de mar que se esconde en los rincones y el cantar de las aves, forman el preludio que te acompaña al andar, entre las ramas y las piñas que decoran el suelo. Este bosque se puede recorrer en bicicleta o a caballo pero siempre recomendamos hacerlo a pie y poder experimentar con calma este lugar de ensueño, completamente real.
Bosque de Miramar, Buenos Aires
Otra opción costera que se encuentra a sólo 5 kilómetros de la ciudad balnearia. Este lugar es también considerado un centro místico puesto que es visitado por turistas de todo el mundo debido a que desafía las leyes de gravedad. El magnetismo del bosque es indiscutible: es conocido por el fenómeno de tomar dos ramitas del suelo y colocarlas en forma de “T”, y las mismas quedan sostenidas de una manera imposible. Algunos lo atribuyen a la caída de un meteorito en el lugar hace miles de años, otros cuentan que allí había un antiguo cementerio de pueblos originarios y que sus espíritus se hacen presentes y otros aseguran que es un portal dimensional. Lo cierto es que este bosque encantado es el enigma mejor guardado de la costa atlántica.
Bosque Petrificado Valcheta, Río Negro
Es cierto que muchas veces, cuando pensamos en bosques, nos imaginamos árboles frondosos y un espacio colmado de verde. Lo cierto es que existen varios tipos de escenarios y algunos paisajes no tienen nada que ver con esa imagen utópica que nuestro cerebro nos propone y este es uno de los casos. Hace más de cien millones de años, este espacio tenía un clima subtropical y húmedo, y estaba plagado de grandes árboles y dinosaurios. En el período Cretácico, las erupciones volcánicas sepultaron vastas extensiones de la superficie que quedaron bajo las cenizas y, junto a la acción erosiva del viento y la lluvia, fueron dejando al descubierto amplios sectores de la superficie. De esta manera, comenzaron a emerger los restos petrificados de aquellos antiguos bosques con troncos de hasta 30 metros. En el Museo Regional de Valcheta se pueden encontrar piezas geológicas y paleontológicas que forman parte de la historia y riqueza del pueblo. El Bosque, se puede recorrer a pie o en bicicleta, siempre acompañados de los guías especializados.
Parque Nacional Bosques Petrificados de Jaramillo, Santa Cruz
Este espacio también forma parte de una opción alternativa como el punto anterior. A 290 kilómetros de Comodoro Rivadavia, en el noreste de la provincia de Santa Cruz y próximo a la localidad turística de Puerto Deseado, se encuentra este lugar inhóspito para muchas especies. Fue creado en diciembre de 2012 y protege uno de los yacimientos de plantas fósiles más importantes de nuestro país, incluyendo los árboles petrificados más grandes del mundo: araucarias de hace 150 millones de años. Algunos miden hasta 35 metros de largo y 3 de diámetro y se encuentran orientados hacia el este, estimándose que fueron derribados por vientos de más de 300 kilómetros por hora, provenientes del oeste y generados por eventos volcánicos. El cerro nombrado “Madre e Hija” es el punto distintivo del espacio y forma parte de los restos de un volcán que se originó unos 18 millones de años atrás. Aquí se pueden ver aves como choiques, loicas y tucúqueres (búhos magallánicos) y algunos mamíferos como guanacos, piches y zorros grises.
Parque y Reserva Nacional Los Cardones, Salta
Para los amantes de las opciones alternativas, acá les dejamos una más. En la región centro sur de la provincia, a unos 100 kilómetros de la ciudad de Salta, se encuentra este lugar completamente abierto, de unas 64.117 hectáreas. Toma su nombre a partir de la vasta cantidad de ejemplares de cardón o pasacana que integran el área, una especie característica de los valles interandinos del sur de Bolivia y norte de Argentina y de Chile. Pueden alcanzar casi 15 metros de altura y sus hojas se han convertido evolutivamente en espinas. Esto los favorece puesto que no sólo funcionan como defensa sino que les permite disminuir la pérdida de agua por transpiración. Aquí habitan especies amenazadas, como el gato del pajonal, la monterita serrana o el zorro colorado. Otros habitantes que también podemos encontrar en el terreno son el guanaco, el zorro gris y el chinchillón, mientras que en las alturas, aparecen el cóndor andino y el guaipo. El clima es árido, con gran amplitud térmica por lo que se recomienda visitarlo entre abril y noviembre.
FEBRERO 2023