Muy cerquita de la Ciudad de Buenos Aires, estos lugares emblemáticos esperan con la mejor pasta fatto in casa. Villa Ruiz, Starace y Las Marianas son las tres paradas que hay que poner en el GPS para adentrarse en un itinerario gastronómico inolvidable.
Septiembre ya es una realidad en el calendario y la primavera empieza a asomar con sus primeras sensaciones. Pero para quienes aman el invierno, aún hay posibilidades de despedirlo como corresponde, con un buen plato de pastas, que no solo llene la panza sino también el alma.
Opciones a lo largo de la Provincia de Buenos Aires, sobran. Así que a continuación repasaremos los tres los restaurantes de campo que abren sus puertas con una gran variedad de pastas caseras, para vivir una experiencia gastronómica inolvidable.
Magnolia Cocina, en Villa Ruiz
En el partido de San Andrés de Giles existe un rincón llamado Villa Ruiz. Y allí, en esa localidad de poco más de 500 habitantes, espera una de las mejores opciones gastronómicas para disfrutar de un exquisito plato de pastas caseras en un contexto campestre, y a menos de 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
Hacia finales de 2021, Magnolia Cocina abrió las puertas de una maravillosa casona que data de 1908, tal como denotan sus añejas paredes de ladrillo, desde las cuales se filtra ese aroma tan característico de la pasta fatto in casa.
Los imperdibles son la lasagna con bolognesa, los tortelloni de carne braseada y los anolini de ricota y espinaca, que se acompañan por exquisitas salsas que combinan, entre otras cosas, quesos de campo (como no podía ser de otra manera) y hongos. De 12 a 18 horas, cada sábado, domingo y feriado, Magnolia espera con sabores tan caseros como inolvidables.
El Rincón de Donatella, en Starace
La construcción de la ruta 2 tuvo dos consecuencias bastante evidentes. La primera es que el tiempo que los turistas demoran en llegar a la ansiada costa atlántica bonaerense sea mucho menor. Y por otro lado, hizo que la ruta 36, que antaño era la opción más lógica, quedara casi en el olvido. Y ese “casi” obedece a que en Starace, un remoto pasaje de esa cercano a Viéytes, existe un lugar que aun obliga a los amantes de la pasta casera a tomar este camino y mantenerlo alejado del ostracismo.
El Rincón de Donatella se llama así en honor a su anfitriona, que desembarcó en nuestro país en los años 50, proveniente de Benevento, muy cerca de Nápoles. Pocas cosas trajo en su valija Donatella Petriella, pero entre ellas, sus infaltables recetas caseras, las que aún, a sus 85 años, mantiene vigentes y elabora con sus propias manos.
Los ñoquis verdes de ortiga y los ravioles de ricota con las borraja, que la misma Donatella cosecha, son dos de los imperdibles en este reducto que abre cada día de 8 a 20 horas y sigue siendo una parada obligada en una ruta casi ignorada.
Doña Irma, en Las Marianas
Cuando una persona ama lo que hace, busca la manera de seguir con ello hasta el final, a pesar de las adversidades. En el caso de Irma Angrigiani, fue el fallecimiento de su marido y gran compañero de vida, en el 2011. Pero supo reponerse a eso, como también lo hizo cuando el ferrocarril dejó de pasar por Las Marianas alrededor de 1990, circunstancia que no solo mermó su clientela sino la cantidad de pobladores del pueblo en general.
Gracias a su fuerza de voluntad y pasión por la cocina, el salón comedor Doña Irma hoy continúa siendo uno de los emblemas del pueblo y del partido de Navarro en general. Y es la propia Irma la que a sus 84 años madruga para amasar desde bien temprano para que sus comensales disfruten de una pasta casera y fresca.
Los fideos, canelones y ravioles son las estrellas de un menú en el que también se destacan otras delicias, acorde a la calidad de las pastas. Ubicado en la calle 2, entre la 11 y la 3, en Las Marianas, Doña Irma abre sus puertas de 12 a 16 todos los sábados y domingos, y las reservas son con cupo limitados.
Por Christian Ali Bravo
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