Quienes quieran recorrer senderos, navegar, esquiar o simplemente descansar, los parques del sur argentino ofrecen inigualables experiencias y lugares para descubrir.
Parque Nacional Lago Puelo – Chubut
Sus increíbles paisajes de montañas y bosques son imperdibles para los amantes del senderismo, el trekking y la observación de aves. Es uno de los pocos lugares de la Argentina donde se puede ver la selva valdiviana. Villa Lago Puelo -a 4 km del parque- es el portal de acceso, cuenta con 2 áreas desde donde parten sendas que conducen a miradores o bordean el lago.
Desde “La Playita”, se pueden disfrutar de caminos como Los Hitos (hasta la frontera con Chile) u otros más breves como El Bosque de las Sombras y el mirador del lago Puelo. Mientras que el área “El Desemboque”, ofrece la posibilidad de pasar la noche en un camping privado o emprender el sendero al río Turbio, que bordea las aguas hasta la zona sur del predio. Allí hay 2 áreas de acampe y se puede hacer base para visitar el cerro Plataforma.
Parque Nacional Nahuel Huapi – Río Negro
Bariloche es una de las ciudades más conocidas de la Patagonia y el punto de partida para descubrir la zona sur del parque más antiguo del país y el segundo más grande. Sus más de 700 mil hectáreas -repartidas entre Río Negro y Neuquén, en el límite con Chile- invitan a descubrir lagos, ríos, cascadas y caminos por el bosque andinopatagónico, la estepa y la alta montaña.
La costa del lago es el destino perfecto para desconectar y relajarse, sobre todo en verano. También vale la pena conocer las playas que están en los lagos Moreno, Gutiérrez y Mascardi a pocos kilómetros de la ciudad.
Una de las excursiones imperdibles es navegar el Nahuel Huapi en catamarán y visitar la isla Victoria -con una red de senderos para transitar el bosque y tener vistas increíbles de todo el recinto- y el Parque Nacional Los Arrayanes, en la península de Quetrihué -donde está el mítico bosque encantado de Arrayanes, un sitio único en el mundo-.
Parque Nacional Los Arrayanes – Neuquén
Los Arrayanes es una pequeña área cercana a Villa La Angostura que invita a descubrir un paisaje único: el famoso bosque de arrayanes. Son árboles que con su corteza color canela y sus troncos retorcidos, crean un bosque de particular belleza y un paisaje de ensueño.
El territorio se extiende por la península de Quetrihué, sobre el lago Nahuel Huapi. Una ruta principal de 12 km lo recorre hasta su extremo sur, donde el protagonismo de los ejemplares es aún mayor. En el trayecto se pasa por los miradores de las bahías Mansa y Brava, los brazos del lago y el acceso a la laguna Patagua. Además de a pie, es muy habitual recorrer esta senda en bicicleta. Es un hermoso paseo para realizar en el día.