Patricio Eppinger abrió las puertas de su casa en el Kavanagh para presentar su vino

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En 2005 compró parcelas en Mendoza y plantó vides. Más tarde comenzó a vinificar; ahora goza de su proyecto personal de vinos de alta calidad. El empresario Patricio Eppinger vive en el emblemático edificio Kavanagh y presentó a los periodistas sus vinos “Homo Felix” con una cata vertical.


Una cita en una de las viviendas de la cúpula del Kavanagh, el edificio símbolo de estatus que se terminó de construir en 1936 y se convirtió en un ícono de Buenos Aires. Desde hace 6 años habita en este lugar Patricio Eppinger, un empresario amante de la fotografía y de los vinos.  

Cuando pisó Mendoza por primera vez quedó cautivado por sus tierras. Era 2005 y estaban dadas las condiciones en el país para poder explotar en la industria. Fue así que compró una finca en Agrelo y comenzó este proyecto. “Realmente a mí el vino me cambió la vida. Yo venía del mundo de la publicidad y de vivir en diferentes países. Y ‘Homo Felix’ nace porque yo era un ‘hombre feliz’”, confiesa Eppinger. 

El fundador del proyecto Homo Felix es un empresario argentino con experiencia en diferentes áreas. Actualmente es socio de Wine Idea, una consultora que brinda servicios de marketing y comercio exterior a la industria del vino. Lo acompañan en este proyecto profesionales de gran trayectoria como Bernardo Bossi Bonilla (enólogo) y Marcelo Canatella (ingeniero agrónomo). Juntos, y con paciencia y dedicación, elaboran vinos de estiba de alta gama en Mendoza. 

Para su proyecto Homo Felix, Patricio se inspiró en Burdeos, y la composición de cada uno de sus blends de alguna manera denota el corte bordelés. Utiliza cepas de su finca en Alto Agrelo y algunas (como el Malbec) de viñedos arrendados de Gualtallary. Para vinificar, Patricio seleccionó algunas de las bodegas que más le gustan. El resto de las uvas de su finca, la vende a grandes bodeguas como Zuccardi, Las Perdices y Viña Cobos.

El primer vino vio la luz en el año 2015, producto de la primera cosecha Homo Felix del 2010. Patricio piensa sus vinos con una crianza de hasta 2 años y unos tres años de estiba antes de salir al mercado. “Buscamos complejidad en nuestros vinos, y que la acidez esté presente y fluido; que sea un vino gastronómico”, dice Eppinger.  

Durante la visita en el Kavanagh, el alma mater de Homo Felix propuso una cata vertical. Comenzamos con el Homo Felix 2016, un blend Malbec (65% de Gualtallary) Petit Verdot (35% de Agrelo), un vino con fruta roja concentrada y buena estructura. El segundo vino fue el Homo Felix 2017, un corte Malbec (42%), Cabernet Franc (29%) y Petit Verdot (29%), con una acidez presente y menos estructura que el anterior. Por último, la cosecha actual, el Homo Felix 2018 (una edición de 4 mil botellas).

La presentación del nuevo Homo Felix Blend 2018

Un vino 70% Malbec, 17% Cabernet Fran, y 13% Cabernet Sauvignon; con un notable equilibrio entre fruta, concentración y acidez. Las uvas de Malbec de este blend provienen de Gualtallary, y sus suelos calcáreos, aluviones y granito le aportan tensió, frescura y carácter. Por otro lado, el Cabernet Sauvignon y el Cabernet Franc provienen de la finca que tiene Eppinger en Agrelo, a 1050 msm. Allí los suelos son aluvionales, de textura y composición arcillosa; retienen un poco más la humedad y le aportan a los vinos taninos redondos, dulces y buena estructura. La estiba, por supuesto, le aporta elegancia.

El diseño de las etiquetas es de Cristian Turdera, un artista argentino a quien Patricio conoció por una ilustración en uno de sus viajes a Londres. Patricio tiene su colección de blends de tintas, pero se anima a dar un salto. Este 2023 compró cosecha de uvas Chardonnay de Los Arbolitos y tendrá como destino final un vino blanco para fines de 2024. 

Por Silvina Baldino.