Inmersa en un país netamente futbolero, la ciudad de Bahía Blanca tomó al baloncesto como parte de su identidad. Cuna de grandes campeones, fue la sede del primer partido disputado de este deporte en nuestra tierra y atesora muchos más hitos.
En Argentina se respira fútbol. Y se juega como se vive, como reza ese saber popular convertido en mantra. En cualquier cuadra es posible toparse con dos gurrumines peloteando a sol y sombra, presenciar un acalorado debate en el encumbrado bar de la esquina que ni el VAR podría dar por terminado o vislumbrar a alguien ostentando la casaca del club de sus amores en plena zona de su acérrimo rival.
Pero como siempre, existe la bendita excepción que confirma la regla, y en esta caso es Bahía Blanca, que más que una ciudad más de la provincia de Buenos Aires, es y a mucho orgullo la capital nacional del básquet. De hecho, esto es más que un reconocimiento vox populi: se hizo oficial en 2017, cuando el Congreso promulgó la Ley 27.380 que la declaraba como tal.
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Sobran los motivos
Que el primer partido de básquet en territorio nacional se haya disputado en Bahía Blanca no es un dato para nada menor. El 21 de mayo de 1910, aprovechando el predio de la Iglesia Metodista, diversos tripulantes de barcos provenientes de los Estados Unidos marcaron un hito en la historia del deporte, y de la ciudad, claro está. Porque esto sería solo el inicio de una tradición que se iría potenciando con los años…
Muestra de ello fue lo sucedido el 3 de julio de 1971, cuando el seleccionado bahiense le ganó nada más y nada menos que al vigente campeón del mundo. Sí, la temible Yugoslavia que había sido subcampeona del mundo en 1967, que se colgó la medalla plateada en los Juegos Olímpicos en 1968 y levantó la copa mundial en su propia casa en 1970, sucumbió por 78-75 en un partido amistoso.
¿Más? Por supuesto. La ciudad hasta tiene dos récords Guinness vinculados al básquet, logrados en 2012 y 2013. ¿Cuáles son? El de los partidos de básquet con más jugadores de la historia, con 1.468 y 1.498, ambos en el marco de la Fiesta Nacional del Básquetbol.
Cuna de campeones
Para hablar de la Generación Dorada es necesario ponerse de pie. Esa camada de jugadores ubicó al básquet argentino en lo más alto. Y de manera literal. El oro conseguido en los Juegos Olímpicos de 2004, el bronce de Pekín 2008 y el subcampeonato del mundo en Estados Unidos 2002 no hicieron más que confirmar lo exitosa que fue una generación que quedará en la historia. Y que, claro, contó con presencia bahiense.
Alejandro Montecchia, Juan Ignacio Sánchez y Emanuel Ginóbili fueron los tres representantes de la ciudad y tras el 84 a 69 en la final ante Italia se colgaron la presea más deseada en Atenas.
No solo eso, Pepe Sánchez fue el primer jugador argentino en disputar un partido en la NBA: fue el 31 de octubre del 2000, con los Philadelphia 76ers.
Qué decir entonces de Manu Ginóbili, el primer argentino en ser campeón en la NBA y, por si fuera poco, en ostentar cuatro anillos. Como parte fundamental del Big Three conformado junto a Tony Parket y Tim Duncan, San Antonio Spurs decidió retirar su legendario dorsal 20, y la NBA confirmó su ingreso en el Salón de la Fama en 2022.
Otros nombres importantes en la historia del básquet nacional que también nacieron en Bahía Blanca son, por ejemplo, Sergio Hernández, Néstor García (ambos exentrenadores del seleccionado nacional), Juan Espil, Alberto Cabrera, Óscar Sánchez, entre tantísimos otros.
Lugares con historia
Para quienes deseen meterse de lleno en cómo se forjó y evolucionó la vinculación de Bahía Blanca con el básquet, hay ciertos lugares que aún guardan pedazos de historia entre sus paredes.
El club Estudiantes fue fundado en 1918 y su estadio Osvaldo Casanova, inaugurado en 1939, ha sido reconocido como parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad y como sitio de interés cultural e histórico. En el estadio del club Olimpo, por ejemplo, se disputó el ya mencionado partido histórico en el que el seleccionado de Bahía Blanca le ganó 78-75 al ese entonces campeón del mundo, Yugoslavia.
Otro punto de interés es el Museo del Deporte, que atesora fotografías, indumentaria, testimonios, trofeos no solo del básquet, sino del deporte en general. Además, durante 2022 se inauguró la primera estación de una nueva iniciativa de la ciudad, denominada “la Ruta del Básquet”, esperando que se transforme en un recurso más para el turismo.
Sí, con el básquet como patrimonio y más de 20 clubes donde las canastas no se detienen en ningún momento, Bahía Blanca seguirá haciendo grande la historia de este deporte.
Por Christian Ali Bravo