La Fundación Chicos Naturalistas cuenta con un vivero didáctico y experimental de más de 130 especies nativas del Río de la Plata, y diversos talleres y propuestas que buscan educar y concientizar sobre la importancia vital de estas plantas para el equilibrio del ecosistema local.
La primavera es una de las estaciones más esperadas. Entre que el frío va despidiéndose hasta el año que viene, el amor que parecería estar disperso en el aire, y las calles y plazas que lucen más coloridas, se entiende perfectamente esta predilección. Por eso, aprovechando la onda verde, este nuevo 21 de septiembre es la excusa ideal para que siga floreciendo la conservación y cuidado de nuestras plantas nativas.
¿Cuál es la importancia de las plantas nativas? Esencialmente, son la base de los ecosistemas originarios, y en consecuencia, alimentan a la fauna local, como mariposas y aves, además de preservar a las abejas. A su vez, necesitan un menor cuidado, ya que viven de acuerdo a la cantidad y estacionalidad de la lluvia del lugar del cual son originarias, y presentan una mayor adaptación a los suelos, con una mejor resistencia a las plagas. En pocas palabras, su función es la de brindar equilibrio al ecosistema local, en contrapartida de las especies exóticas que pueden ocasionar impactos muy graves en la biodiversidad.
La Fundación Chicos Naturalistas nació con el objetivo de concientizar justamente sobre la importancia de conservar, respetar y proteger a la naturaleza nativa. Para lograrlo, actualmente brinda talleres, capacitaciones y visitas guiadas a su vivero didáctico y experimental de más de 130 especies nativas del Río de la Plata, ubicado en la Facultad de Agronomía.
Un recorrido al natural
Una de las acciones que realizan desde Chicos Naturalistas es la visita guiada por el biocorredor de la Facultad de Agronomía y por el vivero de plantas nativas.
El biocorredor está conformado por canteros que fueron realizados entre los Estudiantes de la Cátedra de la Tecnicatura de Jardinería y miembros de la propia Fundación, en los cuales se da la interacción natural entre las especies nativas y la fauna, como aves y mariposas.
Por otra parte, durante el recorrido por el vivero se puede apreciar el trabajo de reproducción que se viene realizando hace años, con plantas que son exclusivamente de esta ecorregión. Son más de 130 especies, entre las que se encuentran la Glandularia peruviana, que alimenta a las mariposas y la Salvia guaranitica, que atrae picaflores, y todas se pueden adquirir para seguir fomentando la distribución y aumento de la población de nativas.
Luz verde al conocimiento y la participación
La educación ambiental es otro de sus grandes pilares, motivo por el cual son diversos los cursos y talleres destinados a tal fin. Por ejemplo, uno apuntado a los ecosistemas nativos, el cual permite conocer cómo era Buenos Aires hace 500 años, cómo estaba compuesta su fauna y flora, y qué permanece actualmente de esa naturaleza original, entre otros tópicos.
Pero además cuentan con diferentes propuestas de RSE, para aquellas empresas y organizaciones que deseen contribuir con el cuidado del medioambiente, priorizando la preservación de nuestras plantas nativas. Ya sea con la plantación de árboles, la práctica de producción orgánica de alimentos vegetales mediante el armado de una huerta y el armado de jardines de especies que atraigan mariposas y picaflores.
Sin dudas que cada una de estas propuestas representan espacios de sensibilización respecto a la relación con nuestra naturaleza, para así poder ponderar y revalorizar las especies nativas, que constituyen una parte esencial y vital de la historia del paisaje natural que habitamos. Es muy importante tenerlo presente no solo el 21 de septiembre, sino todos los días del año.
Por Christian Ali Bravo