Lugares que cautivan corazones, paisajes que desestresan, personas inolvidables y sabores imperdibles en Monte Hermoso y Las Heras, dos destinos turísticos para volver una y otra vez a cambiar de aire y complacerse con la amabilidad de sus habitantes.
Los tesoros que comparte una comunidad rural
En General Las Heras viven veinte mil personas. Sus calles y campos de la llanura pampeana transmiten la serenidad típica de los pequeños poblados bonaerenses. Allí funcionan tres museos, más de veinte locales gastronómicos, espacios verdes destacados, como las plazas De Las Infancias y la Héroes de Malvinas; el histórico edificio de la Sociedad Española y el Centro de Exposición Municipal, el Estadio Municipal con sus actividades deportivas:softbol, fútbol, básquet, vóley y la cancha de pato.
A seis cuadras de la plaza central se encuentra Cuidarte el Alma, un complejo de veinte cabañas con restaurante y opciones de alojamiento que incluyen desayuno, media pensión y pensión completa. “Nuestros pasajeros siempre hablan de la cordialidad de nuestro personal y de los habitantes del pueblo, y elogian nuestra carta gastronómica”, aseguró Paola Sánchez, gerente del hospedaje.
Los parajes rurales y su exuberante vegetación autóctona, su gastronomía casera, sus estancias, invitan a una estadía relajada. Hornos, con calles de tierra y antiguas arboledas; Villars con la estación, el Museo del Ferrocarril, la capilla, el centro tradicionalista Rincón Criollo y la plaza principal; Plomer con la estación de trenes recientemente restaurada y su pequeña plaza; La Choza con su bella capilla, el museo y la pulpería; Lozano con la pulpería Arana y la última escuela rancho de la Provincia: EEP N°15 «Islas Malvinas».
“Realizamos paseos a caballo porque creemos que es una buena forma de entrar en contacto con una parte esencial de las tradiciones criollas. En el Museo de Campo tenemos colecciones de monedas, esculturas en herrería y herramientas del agro. Además, ofrecemos almuerzo y merienda criolla con empanadas, asado, mate y tortas fritas”, detalló Fernando Bastiano, fundador del Centro Tradicionalista Rincón Criollo, ubicado en calle San Martín 84, de la localidad Villars. Y agregó: “Las distintas generaciones que nos visitan se toman su tiempo en reconstruir y compartir historias y experiencias”.
El tiempo perfecto para vivir Monte Hermoso al sol de la primavera
Durante esta etapa del año, alrededor de 150.000 personas, en su mayoría jóvenes, llegan a este sitio costero para disfrutar de espectáculos gratuitos en vivo, con bandas nacionales, regionales y locales. También para degustar comidas imperdibles en Los Fogones de La Amistad, un espacio donde instituciones de bien público ofrecen manjares bonaerenses cocinados a la leña y en asadores.
“Llega la primavera y comienza la etapa más linda del año porque se vislumbra la temporada de verano; esa que nos permite disfrutar cada día de la salida y la puesta de sol en el mar, en 32 kilómetros de playa con suave declive y brindarle el mejor de los servicios a cada visitante. Monte Hermoso crece y crece año a año, trabajamos de sol a sol para que esta belleza de la naturaleza sea conocida por todos”, contó Luis De Marchi, propietario del Parador Guardalavaca.
“Nuestro hotel familiar “Confiar”, ubicado frente al mar y a media cuadra de la peatonal, los espera con su tradicional calidez y sus años de experiencia”, afirmó Solange Lahitte, secretaria de la Asociación Hotelera y Gastronómica, e instructora del Centro de Formación Laboral del área Turismo local.
A 17 kilómetros de la ciudad, la convergencia de las aguas del río con el mar, la inmensa cadena de médanos y la biodiversidad en vegetación y avifauna convirtieron a la desembocadura del Río Sauce Grande en otro de los atractivos más cautivantes.
Las temperaturas primaverales, los colores y perfumes que surgen en cada rincón, y las valijas menos cargadas, impulsan a salir de casa para vivenciar momentos diferentes, entre amaneceres y atardeceres sobre los campos y el mar bonaerense de Las Heras y Monte Hermoso. Viajar por la provincia de Buenos Aires produce alegría, una emoción fundamental para recargar energías en el último tramo del año.