Una de las siete maravillas naturales del mundo muestra un paisaje devastador, las Cataratas que comparten Argentina y Brasil se encuentran prácticamente secas, los hoteles están cerrados y el Parque Nacional vacío.
La pandemia del coronavirus no sólo repercutió en la salud de las personas, también impactó en el mundo natural. Debido a la cuarentena establecida en la mayoría de los países, muchos sectores se recuperaron de la contaminación humana, en Venecia los canales se recobraron y dejan ver la transparencia de su agua, en Madrid se redujo la contaminación atmosférica, en China mejoró la calidad del aire, en Brasil nacieron 97 tortugas Carey, pero ¿qué pasa con las Cataratas del Iguazú?
El efecto COVID-19 en el principal centro turístico de Misiones fue arrasador. A principios de año se esperaba una llegada de más 40 mil turistas que ocuparían el Parque Nacional y todos los servicios que ofrece. Con el impacto del coronavirus esto no pudo ser posible, las cataratas están afectadas por la sequía y el recinto se encuentra cerrado.
El resultado que hay en muchos lugares del mundo, en donde la naturaleza recobra vida, no se puede ver en Iguazú. El panorama es catastrófico y poco habitual, sin turistas y sin agua. El caudal registrado normalmente durante el año es de 1500m3/s y actualmente registran 289m3/s. Los números dejan en claro la gran sequía que afronta la provincia de Misiones.
¿Cada cuánto ocurre este hecho?
Según el intendente del Parque Nacional, Sergio Acosta, estos ciclos suceden cada 10 o 15 años.
En 1978 se produjo una situación similar, una sequedad drástica en donde los niveles del agua no superaban los 76 metros cúbicos, como consecuencia desaparecieron varias cascadas.
En el lado contrario, en 1983 ocurrió la mayor creciente de agua, superando los 32.000 metro cúbicos por segundo.
El cambio climático que está sucediendo a partir de la pandemia mundial y del aislamiento obligatorio es muy llamativo, la naturaleza agradece el espacio que se genera y recupera el lugar que le corresponde. Varios animales vuelven a las calles y salen de sus escondites. La contaminación disminuye y el aire se vuelve puro.
Es importante que a partir de este fenómeno que recorre todo el planeta, tomemos conciencia y analicemos las cosas positivas y las que nos ponen en alerta, como la sequía de las Cataratas del Iguazú y la erupción del volcán Anak Krakatoa en Indonesia, el cual recibe el título del más peligroso del mundo.
Hay que prestarle atención a los indicadores que nos dicen que cuidamos nuestro planeta Tierra.