Relato de viaje – “Bariloche, la salida de mi zona de confort”

Foto: Alejo Isoardi.

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Por Alejo Isoardi.


Muchas veces se dice que las actividades que uno hace con familiares y amigos deben ser realizadas a solas para apreciarlas desde otro punto de vista, una de ellas, es viajar solo. Esta última idea la he considerado descabellada durante gran parte de mi vida, ya que siempre he viajado con mi familia y, en algunas ocasiones, con amigos. Nunca éramos menos de 5 personas. Sin embargo, la cuarentena me ha regalado tiempo para reflexionar sobre varios temas y uno fue sobre un viaje a solas. Estaba realizando mi tesis de grado de turismo accesible y, gracias a esto, conocí a Luciana por las redes sociales, una chica en silla de ruedas de Bariloche. Con el paso del tiempo nos fuimos haciendo amigos hasta hablar a diario; los dos teníamos ganas de conocernos en persona.

A fines de marzo del año pasado, me recibí de licenciado en turismo. Luego de esto, fueron creciendo mis ganas de vivir la experiencia de viajar a un destino solo, pero no sabía a dónde. El deseo de conocer a Luciana me orientó a elegir a Bariloche, hasta había decidido la fecha de viaje, sería el 16 de agosto. Elegí esa fecha por una razón especial: quería estar presente en su cumpleaños.

Cuando llegó el día, sentía miedo y excitación al mismo tiempo. Pasaban muchas cosas por mi cabeza, pero a la vez, estaba seguro de lo que estaba haciendo. Al mediodía mi despedida con mi mamá y papá fue entre abrazos y lágrimas en las puertas del aeropuerto de Ezeiza (era tiempo de restricciones todavía). Ya a la tarde, el avión estaba aterrizando en Bariloche y sólo podía pensar en el encuentro. Al bajarme del avión, la primera persona que conocí fue a una de las tías de Luciana que me estaba esperando. Aunque el momento más esperado se daría en el auto. Ahí se encontraba Luciana junto a un tío. Finalmente nos dimos ese abrazo tan ansiado que había valido cada segundo de espera, ya no teníamos que seguir hablando por un celular.

Foto: Alejo Isoardi.

Mientras me llevaban al hotel donde me iba a hospedar, aprovechamos para charlar un poco. Bariloche estaba hermosa como siempre, no podía dejar de apreciar los paisajes. Me seguía impresionando que el Parque Nacional Nahuel Huapi y esa ciudad hayan sido creadas con el propósito de hacer una frontera con Chile y poblar la zona para convertirse en uno de los destinos más importantes de Argentina.

Al llegar al hotel los tíos se fueron y Luciana y yo nos quedamos a solas para charlar de nuestras vidas. Es impresionante que lo más sencillo sea lo más bello del mundo. El 17 de agosto había llegado y eso significaba el cumple de ella. Había felicidad de ambas partes por este cumple especial. Además el día había empezado con la primera nevada del año ¡Amo estas casualidades de la vida! Ella festejó su cumple con todo junto a sus familiares y a mí. Un cumpleaños inolvidable. Una de las actividades especiales que hicimos juntos fue una sesión fotográfica profesional. Admito que estaba un poco nervioso al principio, pero con el transcurso de las horas, las fotos fueron saliendo de una manera más natural. Dicen que la cámara revela el alma de las personas y las fotos le daban la razón a esa frase.

En todo el viaje realicé una única actividad por mi cuenta, ya que Luciana tenía su vida diaria. Contraté una excursión para realizar culo patín en el Cerro López con una agencia de viajes, es la única manera de subir al cerro ya que existe un único camino de tierra empinado y sólo se puede acceder en camionetas 4×4. Me pasaron a buscar por el hotel en una Van llena de turistas nacionales. Si bien el camino te puede dar miedo, la vista desde la cima termina valiendo la pena: todo el paisaje estaba vestido de blanco para la ocasión. No faltaron las risas y caídas en las pistas gracias a la actividad. Cerramos la excursión con una buena chocolatada caliente.

Foto: Alejo Isoardi.

Irse de Barilo sin chocolates es igual a no haber viajado al destino. ¡Terminé comprando 3 Kgs! Hice un surtido de Rapanui, Mamushka y Las Cumbres. Aclaro que la idea de comprar esa cantidad de chocolates fue de mi papá para degustar diferentes marcas.

Todo principio tiene su final. La verdad que fue doloroso volver a casa y tener que separarme de Luciana luego de una semana de estar casi todo el tiempo juntos. Nos prometimos mantener nuestra amistad, que hoy continúa a la distancia. Sinceramente, haber hecho este viaje ha sido una de mis mejores experiencias.

Hoy recomendaría a todos a que se animen a viajar solos, porque a veces hay que perderse para encontrarse con uno mismo y esto sólo se consigue saliendo de la zona de confort.


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