Relatos de viaje – Un lugar inspirador

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Autor: Richard Lingua


Por supuesto que si uno se dispone a viajar a Iguazú, las protagonistas son las Cataratas. Una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo, atractivo internacional para viajeros de todas partes, un espectáculo indescriptible. 

Sin embargo, no mucho se dice de la encantadora ciudad que oficia de host en nuestro camino hacia ellas. Puerto Iguazú, que así se llama es una relativamente pequeña ciudad misionera, que se encuentra a 18 kilómetros de las famosas Cataratas y que está bellamente enmarcada por dos ríos. 

Se llega desde el aeropuerto local por una ruta enmarcada por la rojiza tierra característica de la provincia que contrasta con el verde intenso de la selva subtropical. La ciudad es, al contrario de lo que pudiera pensarse -y de los muchos hoteles confortables y de lujo que aloja-, un remanso de paz. Tiene ritmo pueblerino y clima de vacaciones el año entero.

Es particularmente hermoso caminar al atardecer por su avenida costanera, que va desde el puerto local hasta el Hito Tres Fronteras, sobre el río Iguazú. Los miradores a lo largo de la avenida no sólo habilitan el descanso, sino que ofrecen vistas maravillosas. 

El Hito Tres Fronteras, lugar en que confluyen los ríos Paraná e Iguazú, señala el punto en que se encuentran las fronteras entre Argentina, Paraguay y Brasil. También allí detenerse a mirar el panorama es un placer.

De vuelta a la ciudad, las piscinas de los hoteles y los encantadores restaurantes de la ciudad están esperando siempre para que el día termine de la misma manera relajada en que transcurrió.