Por Carolina Barbosa.
La ruta 3 nos brinda un recorrido imperdible que va desde Buenos Aires hasta el mismísimo Fin del Mundo.
Para los apasionados en transitar las carreteras y conocer nuestras tierras, estos 3000 mil kilómetros de trayecto, son una cita obligada que atraviesa la Pampa húmeda, la costa del océano Atlántico y la estepa patagónica. “Voy a tomar la ruta 3, una mañana para no volver”, cantaba hace algunos años Celeste Carballo. Y claro, ella se refería a visitar su lugar, Coronel Pringles, pero nosotros podemos continuar, ya que este camino es prácticamente interminable: se inicia oficialmente en el Km 0 y termina en los mismísimos confines de la tierra. Esta es la segunda ruta más larga del mundo y atraviesa cinco provincias: Buenos Aires, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
¿Con qué nos encontraríamos si nos aventuráramos por estos caminos? Con paisajes de playas inmensas de arena y piedra, acompañadas por el Mar Argentino. Con espectáculos de ballenas, orcas, pinguinos y lobos marinos y cruzaríamos ríos anchos, bosques, glaciares y cordilleras. Este puente, que une gran parte de la Argentina, nos regala tesoros naturales invaluables y tiene como protagonista, el famoso tramo bautizado `Ruta Azul´, con el agua y sus habitantes marinos como protagonistas indiscutidos.
Quequén, Azul, Las Grutas, San Antonio del Este, Carmen de Patagones, Cabo Blanco y Tolhuin, son sólo algunas de las maravillas hipóticas que descansan a orillas de la ruta 3. Con extensos tramos de un silencio profundo, este camino nos hace conectarnos con nuestro interior y respirar los dones de la naturaleza salvaje, en su estadío más puro y de mayor esplendor.
Algunos puntos en el viaje
Al cruzar el río Negro, entramos formalemente en la Patagonia. En el balneario El Cóndor, nace un gran recorrido costero con mares, playas y acantilados. En Chubut, dos imperdibles del camino son Península Valdés y Puerto Pirámides.
En Santa Cruz, Puerto Deseado es una verdadera joyita que las multitudes de seres humanos aún no terminan de invadir. Siguiendo por la estepa desolada, llegamos al remanso de Puerto San Julián. Sorteando el río Santa Cruz arribamos a Comandante Luis Piedrabuena, un oasis verde que se jacta de ser una de las localidades más antiguas de la provincia. Luego podemos visitar la reserva de Cabo Vírgenes, que cuenta con un bellísimo faro y una pingüinera donde, de octubre a abril, pueden apreciarse más de 150 mil ejemplares de pingüinos de Magallanes.
Y para finalizar el viaje, llegamos a Tierra del Fuego, con sus Parques Nacionales y sus escenarios únicos y admirados a nivel internacional. Esta provincia tiene como bien más preciado a la ciudad más austral del mundo: la inigualable Ushuaia, que pese a ser uno de los territorios más fríos de la Argentina, recibe con una calurosa bienvenida a todos aquellos visitantes dispuestos a caer rendidos ante la majestuosidad de sus paisajes.
FREBRERO 2023