Cuna de tradiciones ancestrales y tierra de la Pachamama, esta ruta une los increíbles Valles Calchaquíes con la exuberante selva de yungas.
Las montañas del noroeste invitan a descubrir una de las regiones más hermosas de Argentina y la Ciudad de Salta suele ser un excelente punto de partida. Allí nace el famoso circuito “Vuelta a los Valles Calchaquíes”, y se pueden conocer la Cuesta del Obispo, el Parque Nacional Los Cardones, la Ruta de los Artesanos, la Quebrada de las Conchas, la Quebrada de las Flechas y el Abra del Acay. Y un detalle imperdible para disfrutar, los pintorescos pueblos de Payogasta, Cachi, Molinos, San Carlos y Cafayate.
Mientras que hacia el este y el norte están disponibles las Yungas -valles cálidos que se extienden a un lado y el otro de las Andes argentinos- que están protegidas en el Parque Nacional El Rey (este es, sin dudas, un destino ideal para la observación de aves y fauna en general); el Parque Nacional Baritú y la Reserva Nacional El Nogalar de los Toldos.
Parque Nacional Los Cardones
En los Valles Calchaquíes, cerca de esos pueblos que lucen como intervenciones pintadas a manos como son Cachi y Payogasta, Los Cardones muestra un paisaje de ensueño formado por uno de los bosques de cactus más grandes del mundo.
Camino a la excursión, antes de llegar al predio, la ruta trepa por la espectacular Cuesta del Obispo. Son 20 kilómetros zigzagueantes y de cornisa que sorprenden con sus colores y formas que se pueden apreciar en los distintos miradores paronamicos que invitan a detenerse y disfrutar el paisaje.
Luego, al atravesarlo, en ambos lados de la ruta se pueden disfrutar de miles y miles de cardones. En distintos puntos hay cartelería informativa y senderos cortos para apreciarlos de cerca. Siguiendo el mismo trayecto aparece la recta del Tin Tin, un viejo camino trazado por los incas y que hoy forma parte de la RN 33.
Además, desde distintos sectores, parten senderos que desembocan en paisajes inolvidables, como el mirador Ojo del Cóndor, el Camino del Pasado y el sendero Valle Encantado. Belleza, historia y aire puro. Una forma de vivir plena.
Parque Nacional El Rey
Es uno de los secretos que aún guarda la naturaleza argentina. Este sitio es ideal para descubrir una región mágica y desconocida del noroeste: la selva de las Yungas. Las montañas selváticas, los cerros, ríos y arroyos forman un destino agreste perfecto para los amantes del ecoturismo, del acampe y de la observación de aves.
El recinto está emplazado en tierras de una antigua estancia y tiene un centro operativo desde el que parten senderos para recorrer a pie o en vehículo. Los mas notables se encuentran en campo Santa Elena y cascada Los Lobitos, Río Popayán, Pozo Verde y laguna Los Patitos.
Parque Nacional Baritú y Reserva Nacional El Nogalar de los Toldos
Es uno de los parques nacionales más extraordinarios que hay en el país. Representa un paraíso salvaje que protege una porción casi intacta de las selvas del noroeste, donde aún abundan los yaguaretés y muchos otros animales. Es una excursión agreste que ofrece naturaleza pura y aventura para viajeros intrépidos. Esos que no temen a ningun desafio.
El Parque Nacional Baritú es un territorio practicamente no explorado. Por su ubicación sobre el Trópico de Capricornio es considerado el único intertropical de Argentina. Protege más de 70 mil hectáreas de selva de yungas e invita a conocer ambientes que sorprenden por la abundancia de su fauna. Es un lugar exclusivo para los amantes de la aventura y la naturaleza, ya que requiere de largas caminatas, mojarse para cruzar ríos, calor y lluvia. Se recorre únicamente a pie o en mula, siguiendo una serie de caminos que suben y bajan por la montaña, siempre con guías experimentados.
Por otro lado, la pequeña Reserva Nacional El Nogalar de los Toldos propone descubrir otra parte de las Yungas salteñas. La abundancia de musgos, líquenes y plantas trepadoras le dan al paisaje un aire de cuento de hadas, que sorprende mientras se lo recorre en busca de aves y ardillas. Tiene un área recreativa donde comienza un sendero de 700 metros que finaliza en un mirador con una vista panorámica asombrosa del río Huaico Grande.