Top 5 puntos energéticos, parte dos

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Por Gimena Bugallo y Carolina Barbosa


Tal como ocurre en nuestros cuerpos, cada región del mundo también tiene nodos de poder que sostienen una vibración prominente y elevada. Estos centros de energía, diamantes de la naturaleza, son espacios propicios para desarrollar la armonía, la paz interior y la sanación. Así como los seres humanos estamos evolucionando, la Tierra también lo hace y nos pide que la acompañemos en un mismo compás. A través de estos puntos o chakras planetarios, podemos acceder a lo más sagrado de nuestra verdadera esencia, fusionándonos y nutriéndonos de las frecuencias que allí se albergan y que están disponibles para todos. Estos lugares representan un viaje especial donde lo mágico se hace presente, aflorando desde nuestro interior y en consonancia con la magnificencia de estos escenarios nativos. Muchos de ellos fueron y son considerados sagrados para las culturas primigenias que tenían una cosmovisión amorosa del mundo. Acá, te invitamos a conocerlos.

San Francisco del monte de oro, San Luis: A poco más de 100 km. de la capital de la provincia, yace esta localidad que se encuentra asentada sobre una gran placa de cuarzo, que es un mineral muy potente y poderoso en términos esotéricos, así que el simple hecho de caminar por esos suelos, produce un regeneramiento celular y energético en nuestro cuerpo. La cascada del Salto escondido es un lugar vibrante donde la potencia del agua y los lugares vírgenes aledaños, nos llevan a adentrarnos en nuestro ser natural. El patrono de este pueblo, como su nombre lo indica, es San Francisco de Asís. No es nuestra intención hablar del aspecto religioso, pero sí es inevitable hacer una mención a la parroquia que yace ahí, consagrada a este personaje de la historia que se caracterizó por su compasión y amor incondicional. Los ecos de sus enseñanzas tales como ‘Comienza haciendo lo necesario, luego haz lo posible y de repente, estarás haciendo lo imposible’, se funden con el viento, llevando sus palabras a todos los corazones abiertos para recibirlas.

Laguna de Brealito, Salta: Si las leyendas y misterios te atrapan, este refugio dentro de los Valles Calchaquíes es el enlace ideal con las historias fantásticas. Rodeada por los cerros Luracatao y Del Refugio, este cuerpo de agua se encuentra a 2700 metros sobre el nivel del mar, dentro de una finca de propiedad privada pero libre ingreso. El camino de acceso puede hacerse a pie o en vehículo y, si bien es un tanto serpenteante (con lomadas de ripio y cornisas), el destino y su fauna lo valen. La laguna cuenta con un mirador con vista panorámica y en sus alrededores hay pinturas rupestres y restos de antiguas pircas que pertenecieron a los primeros pobladores de estas tierras. Si bien se han desmitificando algunas de las creencias populares, como su fondo infinito, locales aseguran haber visto cuerpos extraños y criaturas emerger de ella. Y dicen que es de noche cuando realmente sorprende dado que pareciera iluminarse curiosamente desde las profundidades.

Salto del Agrio, Neuquén: Una caída de agua rodeada de intensos colores que regalan un panorama sinigual. En el corazón del Parque Provincial Copahue, un área protegida cerca de la frontera con Chile, se encuentra este salto de más de más de 40 metros de altura que tiene su origen en el Río Agrio y desemboca formando una pileta de lujo. Lo fascinante de este espacio es lograr enlazar la melodía de la cascada con la mágica paleta de vivos que tienen las rocas. Desde verdes cálidos y amarillos a tonos rojizos, ocres y anaranjados, toda esta amalgama de tintes es producto de los minerales que arrastra el afluente y una antigua actividad volcánica que se produjo en la zona. Un espectáculo visual y sonoro para no olvidar y llevarse consigo.

Ischilín, Córdoba: Córdoba es una caja de sorpresas permanentes y nos regala rincones únicos en el mundo, Ischilín no es la excepción. Al norte de la provincia, aguarda ser descubierta esta pequeña ciudad erguida sobre los vestigios de una civilización extinta. En lengua sanavirona, Ischilín significa ‘alegría’. Acá todo parece transcurrir en otro tiempo y tanto sus paisajes, como la energía preponderante, nos lleva a acallar la mente para sumergirnos en nuestras profundidades. Este lugar oficia como hogar de muchos retiros espirituales. El eco de los mantras y de las voces del silencio, abrazan a los recién llegados, envolviéndolos en un manto de armonía difícil de explicar con palabras: hay que vivenciar la experiencia con el alma abierta para comprenderlo.

El Chaltén, Santa Cruz: Entre los límites de Argentina y Chile, en plena Patagonia se encuentra la belleza ancestral, representada en una postal que tiene como protagonista a El Chaltén, también llamado monte Fitz Roy. Este lugar es conocido popularmente por el turismo, pero son pocos los que se nutren de su fuente de sabiduría. Los originarios Tehuelches lo veneraban y rendían culto a esta “montaña humeante”, ya que su cima se fundía con las nubes de los cielos, dando una imagen onírica a la misma. Caminar sus lugares aledaños, sentarse en los rincones de esa inmensidad y mirar para adentro, hace que descubramos el diamante que somos. Secundada por unos macizos de hielo, esta realidad que supera los sueños, aguarda a ser vivenciada en todo su poder y esplendor.