Top 5 destinos en la Ruta de la Selva

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Por Gimena Bugallo y Carolina Barbosa.


En el noroeste de Argentina, en la provincia de Misiones, se asoma una de las regiones más biodiversas de nuestro territorio: un bosque atlántico que compartimos con Brasil y Paraguay, que forma parte de un recorrido de conservación y desarrollo sustentable. 

Esta ruta, conocida también como Corredor Verde, nos permite llegar al corazón de la provincia e invita a descubrir la magia del verdadero trópico argentino. La Selva Misionera es el quinto bosque más amenazado a nivel mundial y su región forma parte de lo que hoy conocemos como ecoturismo, una experiencia de contacto pleno con nuestro planeta, con la premisa de preservación absoluta del medio ambiente y de las manifestaciones culturales que allí existen. 

Cada rincón de este trayecto merece un párrafo aparte puesto que el vínculo que establecemos aquí con la naturaleza, se percibe de una manera peculiar. El verde paisaje se amalgama en perfecta armonía con la fauna y la riqueza de la mística forestal. Empaparse con los saltos, ríos y cascadas, caminar por senderos de tierra colorada, visitar las reservas naturales, conocer los pueblos originarios, el arte nativo de las comunidades, sumarse a una práctica de turismo aventura o alojarse en lodges ecoturísticos, son tan sólo algunas de las opciones para vincularse con los diferentes sitios de esta ruta que no tiene desperdicio. 

Te invitamos a conocer algunos de los espacios más populares, con una impronta paisajística única, para ir vibrando con los flamantes aires profundos de la selva y despertar nuestro lado verde del corazón.

Parque Nacional Iguazú y Cataratas del Iguazú, Misiones

Fundado en 1934 y declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1984, este Parque Nacional presenta uno de los espectáculos más imponentes e imperdibles: Las Cataratas. Localizadas sobre el Río Iguazú, fueron elegidas como una de las siete maravillas naturales del mundo y tienen más de 2 kilómetros de cascadas que superan los 70 metros de altura. Se abona una entrada que incluye diferentes circuitos, el inferior y superior, y senderos que se pueden recorrer a pie o en un tren de combustión a gas. Están conformadas por 275 saltos de agua, la más alta y protagonista indiscutida, es la Garganta del Diablo, de unos 80 metros. Aquí se encuentra la mitad de las especies de aves registradas en el territorio argentino, como tucanes, colibríes y urracas, y la mayor diversidad de orquídeas del país, entre otras tantas flores. Si bien hay diferentes especies de animales, los coatíes son los más amistosos y populares a la hora de establecer contacto. Las Cataratas pueden visitarse durante todo el año pese a que recomiendan hacerlo en los meses donde el calor no es tan elevado, como en marzo, abril y octubre.

Reserva de Biósfera Yabotí, Misiones

Un área protegida dentro de los departamentos de Guaraní y San Pedro que contiene en su interior, varios parques y reservas. Fue creada por ley en el año 1995 y pertenece al programa de la UNESCO, “El hombre y la biósfera”. Aquí, la preservación de animales en peligro de extinción se da a gran escala, como el yaguareté, puma y tapir. Además, en este sitio, se garantiza el cuidado de la geografía vegetal como la ocurrencia, distribución, circulación y propiedades de las aguas. Este tesoro natural está enmarcado por los ríos Yabotí Guazú y Yabotí Miní, que se caracterizan por sus rápidos y saltos, generando una ceremonia sonora que nos deja sin aliento. Tiene una superficie de 250.000 hectáreas, incluyendo las propiedades públicas y privadas. Un dato interesante es que la palabra “Yabotí” significa “tortuga” en idioma guaraní. 

Saltos del Moconá, Misiones

Sobre el río Uruguay, próximo a la frontera con Brasil, se encuentran esta serie de cascadas longitudinales de 3 kilómetros de largo que conforman una pared de agua majestuosa. Lo distintivo de este lugar es que uno ya lo empieza a disfrutar antes de llegar, es decir, durante el trayecto porque estos saltos forman parte del Parque Provincial Moconá y la Reserva de Biósfera Yabotí. El camino más recomendado es desde El Soberbio hasta el corazón de la selva, haciendo pequeñas paradas en los miradores donde las vistas son imponentes. Las majestuosidades de estas cascadas presentan un espectáculo único, que dejan atónitos a cualquiera que las visite. No es sólo el cauce y caída de las aguas, sino la vegetación y fauna que las rodea. La altura de las mismas tiene un promedio de entre 3 y 4 metros, pero lo cierto es que varían dependiendo del nivel del río. Se pueden realizar paseos náuticos. 

Parque Provincial Salto Encantado y Valle del Cuña Pirú, Misiones

Una de las áreas protegidas más importantes del centro de la provincia que tiene más de 13.000 hectáreas de un verde intenso. Cubierto, entre la selva, se encuentra el Salto Encantado, principal atractivo de este sitio, que fue descubierto en 1936 y tiene unos 64 metros de altura. Dentro del área existen otras cascadas de menor tamaño, a las que se accede a través de senderos agrestes. Inclusive, el valle cuenta con una trágica leyenda aborigen que tiene como protagonistas las aguas y el amor. Junto al Ministerio de Ecología, estos espacios trabajan para la preservación y cuidado de las especies que los habitan, fomentando el turismo ecológico y un desarrollo sostenible y sustentable de los mismos. Aquí se refugian unas 36 especies de mamíferos y 214 especies de aves. En cuanto a la flora, se destacan comunidades de guatambú blanco, loro negro y cedro, entre otras. Es importante saber que en caso de lluvias se reducen algunos circuitos.

Parque Provincial Urugua-í y Corredor Biológico Urugua-í Foerster, Misiones

De 84.000 hectáreas de extensión, este mágico lugar se halla al norte de la provincia y fue creado con la finalidad de proteger el ecosistema de la cuenca del arroyo Urugua-í y contrarrestar los efectos negativos de la Represa de Urugua-í. Junto a los parques nacionales de Iguazú e Iguaçu, ubicados en la Argentina y Brasil respectivamente, conforman la mayor reserva de la selva Paranaense. Es una de las áreas importantes para la conservación de las aves de nuestro país y, para evitar accidentes vinculados al tránsito y la fauna silvestre, se ha construido un ecoducto, sobre la Ruta Nacional 101, incrementando así la protección de los animales. El proyecto del Corredor Biológico Urugua-í – Foerster comenzó a gestarse en el 2002 gracias a la conciencia del cuidado del medio ambiente de los dueños de pequeñas reservas privadas y fincas en la provincia de Misiones. El resultado fue óptimo: se logró la conservación y recuperación del Bosque Atlántico, convirtiéndolo en un corredor biológico clave para conectar la flora y fauna de dos parques. Espacios dedicados a la agricultura y ganadería han vuelto a su origen natural y hoy en día varias especies recuperaron ese hogar perdido. La fauna regresa a donde pertenece y se extiende, invitándonos a convivir entre especies desde la armonía, el respeto y el amor más profundo e incondicional.