Por Gimena Bugallo.
Esta carretera, que en los últimos años ha sabido ganar gran popularidad entre los visitantes para viajar al norte del país, comienza en Córdoba, une varias localidades de La Rioja y finaliza en Catamarca, en la frontera con Chile. La ruta 60 es la más extensa de la red troncal de esta última provincia y presenta una longitud de unos 550 kilómetros aproximadamente, continuando en el país vecino con el nombre de Ruta 31- CH, que conduce directamente a la ciudad de Copiapó.
En Catamarca, puntualmente, se ha convertido en un importante corredor turístico. Por ello, te mostramos cinco lugares dentro de esta provincia argentina a los que podés acceder a través de esta ruta y recorrerlos en profundidad.
Tinogasta, Catamarca
Esta ciudad, que se encuentra en el oeste de la provincia, limita al norte con el departamento Antofagasta de la Sierra, al este con los departamentos de Belén y Pomán, al sur con la provincia de La Rioja y al oeste con la República de Chile. Cuentan que su nombre viene del extinto idioma cacán y significa “pueblo del encuentro” o “reunión de pueblos”. Posee un clima árido, semidesértico, ventoso y seco, producto de la presencia de una barrera orográfica, es decir, de la Cordillera andina, que impide el paso de los vientos húmedos del pacífico. Aquí, se pueden visitar el Complejo Termal con aguas sulfatadas, alcalinas, cloruradas y de mineralización media; recorrer el Museo Municipal Tullio Robaudi, fundado en 1983; y realizar un paseo por sitios de interés religioso como las iglesias, templos y capillas de la zona.
Fiambalá, Catamarca
A más de 1.500 metros de altura, en la ladera oriental de la Cordillera y a poco más de 300 kilómetros de la ciudad capital de Catamarca, se encuentra esta zona que se caracteriza principalmente por la fabricación de artesanías. Si bien esta ciudad fue fundada en el 1700 por Diego Frites de Carrizo, en un gran valle emplazado en zona de montañal, sus pobladores originarios fueron los cacanos -aborígenes de alta montaña-. Ellos denominaron este suelo con el nombre de Pianwallá que significa “penetrando en la montaña”. En este lugar se puede visitar el Museo del Hombre, donde se exhiben piezas arqueológicas; las Terminas de Fiambalá, con aguas que varían entre los 28°C y los 51°C y son muy recomendadas para las personas que sufren afecciones de artritis y osteoporosis reumática, alergias de la piel y afecciones respiratorias; y las maravillosas Dunas del Tatón, con médanos de más de 2.000 metros de altura.
Ruta del Adobe, Catamarca
Entre Tinogasta y Fiambalá, se extiende un recorrido de unos 50 kilómetros a lo largo de la carretera 60, bautizado con el nombre de la Ruta del Adobe. Este trayecto comprende diversas construcciones, desde monumentos históricos hasta capillas, creadas a partir de esta tradición arquitectónica ancestral que hace uso de materiales autóctonos como barro, paja y estiércol. El adobe fue un material muy utilizado en la antigüedad y, sobre todo, en esta zona puesto que funcionaba como aislante térmico para las altas temperaturas del verano como también, para las bajas del invierno. La mayoría de estas construcciones datan de hace 300 años y las más destacadas son el Oratorio de la Orqueta, la Iglesia de Andacollo, las Ruinas de Watungasta y la Iglesia de San Pedro y Comandancia de Armas.
Los Seismiles, Catamarca
En este tramo de la Ruta Nacional 60, entre Fiambalá y el Paso de San Francisco, con la Cordillera de Los Andes de testigo, podemos encontrar la mayor concentración de volcanes. Algunos de sus picos se elevan a unos 6.000 metros de altura, razón por la cual se los conoce como “Los Seismiles”. Lo magnífico que tiene esta parte de la región es que estas estructuras geológicas comparten escenario con grandes y hermosas lagunas de diversos colores, como por ejemplo, la Laguna Verde, de un tono esmeralda intenso que yace al pie del majestuoso Monte Pissis, uno de los volcanes más altos del planeta. Se recomienda conocer este trayecto con guías especializados o recorrer la zona en camionetas 4×4 que tengan el equipamiento necesario.
Paso de San Francisco, Catamarca
Este paso montañoso, en la Cordillera de los Andes, conecta las Repúblicas de Argentina y Chile, más precisamente, la provincia de Catamarca con la región de Atacama. Esta ruta internacional es un paso natural, utilizado antiguamente por los aborígenes y luego por los colonizadores en las corrientes que ingresaban por el país vecino. El acceso desde el lado argentino comienza propiamente en el puesto de gendarmería ubicado en Las Grutas, en el centro de las llamadas Vegas de San Francisco, una zona de un pequeño valle húmedo. Desde aquí y hasta el límite con Chile, se extienden unos 45 kilómetros aproximadamente de un sinuoso y suntuoso recorrido entre las vastas montañas, la aridez del desierto, los montes nevados y lagunas de varios colores que embellecen el paisaje norteño. Es muy importante contar con un vehículo todo terreno.