A más de 3 mil metros de altura, escondidos entre los cielos, se despliegan volcanes, salares y desiertos llenos de colores.
La Ruta de la Puna invita a descubrir una de las regiones más sorprendentes de Argentina con paisajes espectaculares y pueblos detenidos en el tiempo.
Cusi Cusi
Es un valle de la puna jujeña que se encuentra en la Ruta Nacional Nº 40 y está conformado por extrañas formas y paisajes espectaculares. Esta formación geológica ofrece miradores desde donde se observan los picos y farallones de más de 100 metros de alto. Debido a la extrema aridez, el área casi no tiene vegetación, y con el transcurso de los años se crearon figuras naturales como domos, quebradas y columnas de intensos colores.
Por otro lado, también se puede conocer el pueblo Cusi Cusi, el cual tiene dos calles a lo largo, una plaza y una iglesia. Allí viven menos de 250 habitantes que se dedican a la cría de ovejas, llamas y asnos. También se ocupan de la minería de subsistencia, la fabricación de artesanías y la producción de quinoa.
Tolar Grande
Es un lugar agreste ideal para los viajeros que buscan aventurarse en la naturaleza. Entre sus atractivos se encuentra el Desierto del Diablo, el Cono de Arita, los Ojos de Mar, el Salar de Arizaro y muchos otros más.
Desierto del Diablo: Es uno de los sitios más aislados de la Puna que se destaca por su aridez extrema y su inmensa planicie rojiza. Durante el recorrido se atraviesa el Desierto del Laberinto, un camino zigzagueante rodeado de dunas fósiles de 10 millones de años.
Cono de Arita: En el extremo sudoeste del salar de Arizaro se encuentra una pirámide volcánica casi perfecta de 200 metros de alto: el Cono de Arita. Esta mezcla de sal y lava negra está en medio de la planicie y representa un lugar sagrado para los pobladores locales.
Ojos de Mar: A 5 kilómetros de Tolar Grande y en medio de un salar blanco, se encuentran tres lagunas de origen volcánico, cuyo color varía según la luz del sol entre turquesa y verde. Se estima que su agua es cuatro veces más salada que la del océano.
Salar de Arizaro: Tolar Grande está al borde del salar de Arizaro que es rico en sal, hierro, mármol, ónix y cobre. Antiguos arrieros solían usar este camino en los siglos XVIII y XIX guiando caravanas de animales hacia Chile.
Antofagasta de la Sierra
A 550 kilómetros de San Fernando del Valle de Catamarca, Antofagasta de la Sierra y el pequeño pueblo de El Peñón, son ideales para descubrir los numerosos atractivos que ofrece la Puna catamarqueña.
Uno de los lugares imperdibles es el Campo de Piedra Pómez, un predio de roca blanca a más de 3 mil metros de altura, resultado de la actividad volcánica. El acceso principal es desde la localidad de El Peñón y el recorrido se hace en vehículos 4×4 con guía o contratando excursiones.
Otros de los sitios para visitar son el Salar de Antofalla, que se encuentra a 25 kilómetros de la localidad del mismo nombre y a los pies del volcán de Antofalla, y Salar del Hombre Muerto, uno de los yacimientos más importantes de litio y sales de bórax. En el trayecto se aprecian desiertos, lagunas con flamencos y ríos con aguas termales.
Antofagasta de la Sierra también forma parte del circuito del volcán Galán, conocido como “El Coloso de la Puna”: su boca mide 42 km de diámetro y en su interior habita la laguna Diamante, refugio de flamencos rosados y patos.
Todos los destinos de la Puna son increíblemente bellos y están alejados de los grandes centros urbanos, por lo que son perfectos para los viajeros que quieran vivir unas vacaciones a pura aventura.
2023
Descubrí más destinos en la revista digital.
Info e imágenes: larutanatural.gob.ar