¿Qué es el turismo accesible? Mitos y verdades de una realidad que nos compete a todos.
Este tipo de turismo es un cambio cultural y económico que se está dando de a poco en nuestro país. El objetivo es que las personas con discapacidad, movilidad y/o comunicación reducida puedan disfrutar y sentirse incluidas en los viajes o en las actividades de recreación, ya sea ir a un bar, al teatro o bajar a la playa.
Este no es solo un desafío que tiene por delante el sector turístico, sino también la sociedad en conjunto, y para que sea efectivo (según el programa establecido por el Gobierno Nacional), se deben cumplir dos tipos de diseño: el universal y el de accesibilidad. El primero se cumple cuando los productos y servicios están pensados para que todos puedan usarlos. Mientras que el segundo, se concreta cuando se eliminan las barreras que impiden la participación de personas con discapacidad.
Un ejemplo de esto es cuando los edificios tienen rampas, puertas amplias, señalización en Braille, etc. Lo mismo debe suceder con la cadena de servicios turísticos como hoteles, excursiones, restaurantes y transportes: tienen que estar libres de cualquier tipo de impedimento -ya sea físico, de comunicación o social- y estar disponibles para el goce pleno con independencia y dignidad.
¿Sabías que las personas con discapacidad y, hasta incluso los adultos mayores, eligen el destino en base a la accesibilidad y no por el valor económico? Pero a la hora de planificar las vacaciones, uno de los grandes obstáculos con los que se enfrentan, es que no encuentran información sobre cuáles son los destinos más convenientes para ellos.
Lo más llamativo es que en nuestro país, todos ellos, representan un colectivo muy relevante. Según los datos obtenidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), componen el 10,2% de la población, alcanzando a 4 millones de ciudadanos. Aún mayor es la cifra que enseña la Organización Mundial del Turismo (OMT), la cual señala que el número a nivel global es de 1.000 millones de personas.
Es por ello que en los últimos años se ha avanzado en el desarrollo de los destinos argentinos. Por ejemplo, el avistaje de ballenas en Puerto Madryn y el Parque Nacional Iguazú están totalmente adaptados. En el primer caso, pueden encontrar alojamientos y restaurantes con menús en Braille, avistaje de ballena con embarcaciones adaptadas y la posibilidad de hacer buceo con lobos marinos. Mientras que las Cataratas pueden ser recorridas en un 90% con condiciones de accesibilidad.
Buenos Aires no se queda atrás. Los balnearios inclusivos de Mar del Plata, Villa Gesell y la Costa Atlántica están disponibles, al igual que las salidas en lanchas en forma gratuita desde el Tigre. En Entre Ríos, encontramos que las termas y los balnearios, también forman parte de ese círculo. Se suman San Luis con su paseo de artesanos y Bariloche con su centro de esquí en el Cerro Catedral.