Vacaciones de invierno: tips imprescindibles para un día de TREKKING
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Caminar al aire libre es un pasatiempo recomendado por todos los médicos para mejorar nuestra salud física y emocional. De ahí que organizar un día de senderismo en la montaña sea una buena opción para disfrutar en estos días de descanso, con la ventaja de contar con todo tipo de terrenos, climas y paisajes en nuestro país para practicar este singular deporte. Una guía de consejos esenciales para armar la mochila y el equipamiento de autocuidado mínimo para desarrollarlo.
Ya sea en el frío patagónico, en las montañas al pie de la Cordillera de los Andes, en los cerros de Tucumán, en las sierras cordobesas o en la puna salteña que implica un gran desafío por la gran altura a nivel del mar, es fundamental contar con un listado de cosas que se requieren para hacerlo de manera segura. Es clave el tipo de calzado, la cantidad de vestimenta y los elementos básicos a cargar en la mochila de acuerdo al clima, el terreno y las horas que durará la excursión.
El trekking puede hacerse en distintos niveles de dificultad, desde principiante hasta profesional avanzado, pero aún así todos necesitamos estar informados sobre el lugar donde vamos y conocer de antemano los cuidados mínimos necesarios, tanto para nosotros mismos como para el ecosistema del lugar: resulta indispensable la conservación del medio ambiente para no dañar el entorno al pasar y tener a mano un botiquín con elementos básicos de primeros auxilios.
Si bien se puede hacer trekking en cualquier momento del año, hay que recordar que la montaña invernal es un medio maravilloso, pero hostil. Lo que en verano puede ser un paseo familiar, en los meses de invierno puede transformarse en un reto montañero por las condiciones: el frío, los cambios de tiempo, las pocas horas de luz si ocurre un imprevisto, la hipotermia si nos detenemos y no vamos preparados para ello. Todas las salidas deben hacerse acompañados de un guía local calificado y acreditado para realizar la excursión.
Higiene íntima, bienestar y confort en todo momento
Una vez definido el itinerario y sabiendo cómo estará el clima, es clave tener a mano un listado con los elementos indispensables a llevar y no cargar de más. Cada kilo de menos significa más energía y menos presión en las piernas, sobre todo al final del trayecto.
Empecemos por lo básico: para una caminata ida y vuelta en el día, con una mochila de 20 a 30 litros de capacidad nos alcanza y sobra. Eso sí, es fundamental que sea de tela liviana, con sujeciones lumbares, en los hombros y una correa acolchonada para adaptar a la cintura. De esta manera, las caderas soportan el peso mayor de la carga.
Teniendo en cuenta que 1,5 millones de argentinos sufren de incontinencia urinaria, es importante que quienes padecen este síntoma puedan normalizar la experiencia de vivir con esta condición y no sentirse impedidos de disfrutar de hacer deportes y otras actividades al aire libre.
Los mitos y tabúes alrededor de la incontinencia, que tiene mayor preponderancia en las mujeres, genera que pocas personas consulten a un profesional de manera espontánea debido a la falta de información sobre esta condición, sus tratamientos y el pudor por asociarlo, erróneamente, a la vejez.
Todos los que tienen pérdidas de orina creen de forma equivocada que solo pueden usar un pañal para adultos. Sin embargo, la marca TENA ofrece un amplio portafolio de productos para los distintos tipos de incontinencia: protectores diarios, toallas higiénicas y pants o ropa interior desechable. Estos son artículos desarrollados para atender distintos tipos de incontinencia: leve, moderada o abundante, con la premisa de brindarle a las personas el cuidado que necesitan, evitando accidentes, cuidando su piel y dándoles la seguridad que precisan para seguir realizando sus actividades con normalidad.
Más consejos claves para disfrutar el día y sortear imprevistos
Antes de armar la mochila, es fundamental conocer ciertos detalles del recorrido. No es lo mismo ir hasta el Chorrillo del Salto en el Chaltén, provincia de Santa Cruz, que ir al cerro Champaquí en Córdoba o recorrer Iruya, el pueblo salteño colgado de la montaña. Tampoco es lo mismo hacerlo con mal clima que con un sol radiante durante todo el día.
Vestirse por capas es siempre la mejor opción, independientemente de la estación del año en la que se encuentre ya que, en general, hay cambios drásticos de temperatura en la montaña. Usar tejidos a prueba de agua, transpirables, ligeramente ajustados, pero que no hagan perder la movilidad. Ante una mínima posibilidad de mal tiempo, la recomendación es llevar siempre una muda de recambio.
Las botas de montaña son una herramienta clave: elegir un modelo impermeable, técnico, cómodo y adecuado para el tipo de terreno que vas a pisar. Si no tenemos botas de montaña, tenemos seleccionar unas buenas zapatillas que nos den seguridad para pisar en distintos terrenos. También es importante asegurarse de haber “domado” el calzado antes de empezar a caminar para evitar posibles rozaduras o ampollas.
Los bastones de trekking son indispensables para la montaña, pesan poco y, muchas veces, se pueden alquilar en los pueblos cercanos. Son de gran ayuda en las rutas complejas, tanto en los ascensos como en los descensos. De hecho, resultan ideales para mejorar el equilibrio y la estabilidad en las caminatas.
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Ante posibles lesiones o indisposiciones, nunca debe faltar un mini-botiquín con alcohol en gel y agua oxigenada, vendas adhesivas, gasas y analgésicos, además de los medicamentos que tome a diario el caminante.
Para estar siempre hidratados, es mejor si se lleva una mochila que tenga un compartimento separado en la parte exterior para colocar la botella térmica. Como mínimo, es aconsejable llevar dos litros de agua –de acuerdo a recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)- para mantener una correcta hidratación durante el día. Si las caminatas van a ser muy largas, conviene llevar también bebidas isotónicas para recuperar las sales minerales.
En pleno invierno, hay que protegerse del frío y del sol. Los pies, las manos y la cabeza son los focos principales por donde se escapa el calor. Para evitarlo, es necesario un buen par de medias, guantes térmicos e impermeables, gorro y anteojos de sol. En plena montaña y durante los meses invernales, hay que colocarse antes –y llevarlo también durante la caminata- un protector solar con FPS 50 o más.
Los alimentos energéticos como las barritas de proteínas o frutos secos son ideales para recuperar energías con facilidad durante la caminata. Comer a menudo es esencial para evitar la hipoglucemia y otras afecciones que puedan frenarte.
Por último –y no por ello menos importante- es fundamental contar con repelentes para insectos, un teléfono inteligente con navegación, un mapa físico y los documentos de identidad con los números de las personas a las que llamar en caso de accidente. Y asegurarse de mantener el medio ambiente limpio. Llevar una bolsa pequeña reciclable para regresar con toda la basura y cualquier otro residuo que se encuentre en el camino.
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