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Cómo son las «Noches en el parque» en el SALTO ENCANTADO de Misiones

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Gastronomía y paseo nocturno forman parte de la invitación del parque provincial Salto Encantado, en Misiones, para los visitantes que recorran la provincia en una propuesta que busca combinar los «sabores locales» con el turismo para activar los «sentidos» en pleno contacto con la naturaleza de las noches en la selva, precisaron hoy desde la cartera turística provincial.

«Noches en el parque» es la propuesta que sumó Misiones para los visitantes que recorren la provincia durante el receso invernal, y que tendrá lugar este viernes 28 de julio, a las 19 horas, en el parque provincial «Salto Encantado», ubicado en el departamento de Cainguás, a unos 150 kilómetros al norte de Posadas sobre ruta nacional 12.

Desde el Ministerio de Turismo precisaron este jueves que la propuesta combina los «sabores locales» con el turismo para activar los «sentidos» en pleno contacto con la naturaleza.

Cómo es la experiencia de astroturismo

«Bajo el nombre Noches en el Parque, Salto Encantado ofrece propuestas nocturnas que varían con gastronomía, música, paseos guiados, avistamientos, entre otras. La iniciativa, apta para mayores de 10 años invita a los presentes a vivir la experiencia de escuchar sonidos y sentir aromas nocturnos, ingresando al predio antes de que caiga el sol hasta antes de la medianoche», detallaron voceros del organismo de turismo provincial.

Por otro lado, indicaron que el valor de la entrada es de $6.700 por persona e incluye entrada al lugar, recepción gastronómica, menú en dos pasos y guiado nocturno a cargo de guías locales matriculados.

«Teniendo en cuenta que los cupos son limitados, es necesario que los interesados realicen una reserva al WhatsApp: +54 9 3755 779747», precisaron los organizadores.

Además, comentaron que la recorrida será por miradores y senderos en deck, con vistas al Salto Encantado, escuchando los sonidos nocturnos, acompañados por la luna creciente, y realizando paradas donde quien guía relata particularidades de la selva, leyendas y mitos.

Los detalles de la propuesta

«La bienvenida consistirá en una degustación de masas finas (pepas, alfajor de maicena, galleta bañada en chocolate), budín regional, reviro, acompañado de tés, mate cocido, mate cocido o café a elección», señalaron y anticiparon que para el menú habrá dos opciones.

«La primera consiste en un ojo de bife grill con chutney de quinotos y maracuyá, hojas verdes y papas rústicas a la provenzal, mientras que la segunda opción se compone de vegetales arrollados con chutney de quinotos y maracuyá, hojas verdes y papas rústicas a la provenzal. De postre, alfajor de maní con helado regional y salsa de chocolate caliente», detallaron.

Por ultimo, pidieron que los visitantes traigan «abrigos, calzados cómodos y cerrados, y repelentes de insectos. Y se destaca la necesidad de ser puntuales para poder cumplir con el ritmo de la naturaleza. En caso de lluvia, la actividad se reprograma».

Qué es el Parque Salto Encantado

El Parque Provincial Salto Encantado es un área protegida de 13.227 hectáreas conservando una gran porción de Selva Misionera junto con su flora, fauna y cursos de agua, siendo el arroyo Cuñá Pirú el que permite la caída del Salto, siendo el más alto, pero no el único, ya que dentro del área existen 4 cascadas de menor tamaño a las que se accede a través de senderos agrestes, y además cuenta con un amplio parquizado.

Una leyenda sobre su origen relata la tragedia de amor inspirada en el seno de la comunidad aborigen guaraní que pobló el Valle del Cuñá Pirú, donde habitaban en el gran valle dos tribus enemigas.

El cacique de una de ellas, Aguará (Zorro), tenía una bella hija llamada Yate-í (dulce), mientras que el de la otra tribu se llamaba Yurumí (Oso hormiguero), cuyo hijo Cabure-í (pequeño Búho), era un excelente cazador y guerrero.

Quiso el destino que los jóvenes se conocieran durante una cacería y naciera el amor. Sus padres no lo admitieron y su odio estalló en una gran batalla. Durante la lucha Yate-í lloró al ver morir a su padre y sus lágrimas, al tocar el suelo, se iban transformando en pequeños hilos de agua.

Cabure-í al observarla dejó las armas y corrió para compartir su dolor, y en ese instante, cientos de flechas de ambos bandos abatieron a los jóvenes y Tupá (Dios de la Naturaleza) hizo que de las lágrimas caídas de Yate-í se formara un arroyo, y con truenos y rayos la tierra se abriera, cobijando a los enamorados muertos. En ese lugar las aguas del arroyo cayeron, formando entonces el salto. En memoria de sus hijos, las tribus jamás volvieron a pelear.

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