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Catamarca impactante: la Ruta de los Seismiles

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Es la ruta de los volcanes y está plagada de paisajes impresionantes. Une las localidades de Fiambalá y el paso fronterizo de San Francisco. Es la segunda zona más alta del mundo después del Himalaya: una carretera que brinda la posibilidad de descubrir los escenarios naturales más impensados.   


Argentina es un país que no deja de sorprender con sus contrastes paisajísticos y sus rincones naturales. En la provincia de Catamarca encontramos una de las maravillas más grandes de Argentina de la que poco se habla: la Ruta de los Seismiles, un circuito integrado por montañas y volcanes que superan los 6000 metros de altura (de allí su nombre). 

Se trata de la ruta más alta de nuestro país y atraviesa los volcanes más altos del mundo. Por ende, los Seismiles es el destino soñado para los amantes de los viajes por carretera y los paisajes de ensueño. 

Hacer la Ruta de los Seismiles implica descubrir algunos de los escenarios naturales más bellos de la Argentina. Un recorrido donde la altura, el clima y lo inhóspito del paisaje pueden presentarse como los desafíos más grandes, aunque nada supera a las sensaciones de plenitud que perciben quienes emprenden este recorrido. 

A los Seismiles se accede por la RN 60. Está asfaltada y comunica Fiambalá con el paso fronterizo de San Francisco (a 201 km), que conecta con Chile. Un recorrido que conviene hacer en auto y a marcha lenta para no apunarse y, además, para disfrutar de los maravillosos paisajes que Catamarca nos regala. Conviene empezar bien temprano por la mañana y no salirse del camino principal. 

La aventura comienza en Fiambalá, una localidad catamarqueña que goza de renombre por sus termas, un lugar de ensueño que supo servir medicinalmente a pueblos milenarios. Las aguas bajan de la montaña a temperaturas de entre 28 y 51 grados y están escondidas en una fantástica quebrada entre cerros multicolores. El pueblo tiene también sitios históricos para visitar; incluso el Museo del Hombre, que incluye una sala especial dedicada a los Seismiles, donde se resguardan y se exhiben todo tipo de materiales vinculados a la historia del montañismo.

Un recorrido rutero mágico

Para observar a los altos colosales se debe llegar al paso fronterizo de San Francisco. Saliendo de Fiambalá, el camino no deja de sorprender. Es un recorrido de 200 kilómetros con volcanes que van mostrando su figura. Sobre la ruta hay refugios con sistemas de comunicación para cualquier emergencia. A simple vista, todas las montañas parecen iguales, pero cada cono, pico o cumbre tiene su nombre. 

En el kilómetro 18 se llega al Loro Huasi, un paraje donde en 1996 se encontraron los dos cuerpos momificados que hoy se exhiben en el Museo del Hombre en Fiambalá. La ruta comienza a ascender con un recorrido sinuoso. Luego, se pasa por el paraje El Chañar, en el kilómetro 34, y por El Algarrobal, llamado así por los pequeños árboles de algarrobo que hay en la zona. La Quebrada de las Angosturas aparece en el kilómetro 43, un tramo con paisajes de película. Luego el Valle de Chaschuil, con su vertiente de agua cristalina conocida como Agua de los Cangrejos, donde habitan los particulares cangrejos andinos. 

A lo largo del camino se van apreciando los distintos colores de la tierra, además de los animales autóctonos. A partir del kilómetro 120 comienzan a verse salares y montañas con cumbres nevadas. Los aventureros disfrutan de este trayecto y se llevan en sus ojos postales con una belleza natural única. En esta zona se yerguen los volcanes Monte Pissis (6.795 msnm), que es el volcán inactivo más alto del mundo, y Ojos del Salado (6.864 msnm), considerado el volcán activo de mayor altura del planeta y el segundo de los picos de Sudamérica, detrás del Aconcagua. Estas montañas son visitadas por escaladores de todo el mundo.

Uno de los imperdibles de este trayecto es el Balcón de Pissis, un mirador panorámico al que se llega tras recorrer 55 kilómetros de ripio por un camino que parte del kilómetro 100 de la RN 60, y que se recomienda hacer con guía autorizado. 

Más adelante aparecen otros volcanes, como el Walther Penck (6.864 msnm) y El Incahuasi (6.638 msnm); el Cerro Tres Cruces (6.748 msnm), Nacimientos (6.460 msnm) y el San Francisco (6.018 msnm), en cuyos fondos de diversos colores es habitual divisar llamas, guanacos, vicuñas, junto a lagunas donde posan las gallaretas y los flamencos andinos. 

Las autoridades turísticas recomiendan realizar el recorrido en camioneta 4×4. Hay excursiones que parten desde Fiambalá. Los vehículos están preparados con primeros auxilios, radio, oxígeno y cuentan con guías. Esta es zona de escala de grupos de montañistas que utilizan el refugio Las Grutas para la aclimatación antes de los ascensos. El campamento es referencia para viajeros de todo el mundo. Es costumbre dejar un recuerdo, el testimonio del paso por el refugio.

Por Silvina Baldino.

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