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Turismo +60

La elegancia de la naturaleza

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Foto: Facebook Cuña Pirú Lodge

Desde una cabaña en la copa de un árbol en la selva misionera, pasando por una comarca biodinámica en las sierras cordobesas y un domo integrado con la montaña en el corazón de Ushuaia. Tres alojamientos que buscan preservar el medioambiente y trabajan para reducir la huella de carbono. 


Por María Paz Moltedo.

Una de las mejores formas de empatizar con un ecosistema es sumergirse en él, integrarse, dejarse llevar por lo que naturalmente transmite. Esta es una de las premisas de los eco-hoteles, alojamientos que llevan la sustentabilidad como bandera y la consigna de integrarse con el ambiente en el que se encuentran de la forma más natural posible. Desde Un Camino te mostramos tres lugares para vivir una experiencia de desconexión plena, para conectarse únicamente con el entorno. 

Cuña Pirú Lodge – Aristóbulo del Valle, Misiones

La propuesta de este hotel, emplazado en una de las zonas de más rica biodiversidad del planeta, consiste en camuflarse con la naturaleza. Se erige en 20 hectáreas propias de selva virgen atravesadas por un pequeño arroyo, en la Reserva Provincial del Cuña Pirú y Salto Encantado, dentro de Aristóbulo del Valle, conocida como la Capital de Saltos y Cascadas. Sus senderos, que invitan a perderse en el monte, están construidos con la piedra de San Ignacio; y las cabañas, con materiales de la zona, en madera dura y roca basáltica, con un diseño bioambiental y un concepto arquitectónico que se integra al paisaje de forma armónica. Desde el deck de cada cabaña se puede contemplar la fuerza de los árboles, dejarse invadir por los sonidos de los animales y la energía de las cascadas. Además, dentro de su bosque nativo, cuentan con un Club House y comedor réplica de un antiguo secadero de tabaco de la región, donde pueden disfrutarse platos elaborados con los productos del lugar. Ofrecen senderismo, avistaje de aves, safaris y travesías a las Cataratas del Iguazú, San Ignacio y los Saltos de Moconá. Un verdadero baño energético a pocos metros de la Ruta Nacional 14, en una zona empapada de la cultura de los pueblos originarios. 

Foto: TripAdvisor

Posada La Matilde – San Javier, Traslasierra, Córdoba

Un hotel rural vigilado por el Cerro Champaquí, emplazado en la primera Comarca Biodinámica de la Argentina, en San Javier, dentro del Valle de Traslasierra. Se inauguró en 2015 con la sustentabilidad como estandarte, en armonía con la zona, donde se estudian y practican diferentes alternativas agrícolas que buscan preservar el medioambiente. Alojarse en alguna de sus habitaciones con estufa a leña y ventanales desde los que pueden admirarse noches estrelladas, es una forma de desconectar totalmente de los estímulos de la ciudad y perderse en esa grata sensación de “estar en el campo”, potenciada por las vistas a viñedos y Altas Cumbres, y los sonidos de pájaros, grillos y chicharras. Cuentan con un restaurante propio, “De Adobe”, provisto de productos de agro-cocina, provenientes de su propia huerta orgánica. La rusticidad y el lujo son una insignia del lugar, ambientado con livings, un piano bar y galerías de arte. 

Foto: Facebook Posada La Matilde

Llanos Eco Lodge – Ushuaia, Tierra del Fuego

Una forma de sentirse más aún en el fin del mundo en la ciudad más al sur de América, es entrar en uno de estos domos integrados con la montaña y la naturaleza más austral, en el Kilómetro 3033 de la Ruta Nacional N°3, cerca de lugares como Laguna Esmeralda, el Cerro Krund, el Alvear y el Valle Olum. Es un eco-emprendimiento ubicado en una zona del valle que permite tener vistas inéditas de las montañas y percibir los cielos más estrellados. Se puede elegir entre el Domo del Valle, para apreciar los picos nevados, y el Domo del Bosque, para apreciar las copas de los árboles. Cuentan con un guía especializado que ofrece caminatas con raquetas de nieve en un pantano de turba congelada, y hay actividades como trineos tirados por perros, motos de nieve en invierno y excursiones en cuatriciclos y trekking por los turbales y los bosques en verano. Dentro del complejo también se encuentra el restaurante Montañés, donde elaboran comida típica de montaña como estofado de cordero, pollo al disco, cordero a la estaca y trucha. 

Foto: Glamping South
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