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Mar de las Pampas: un sendero natural que es historia pura

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El sendero botánico “Mónica García” permite conocer un poco más a fondo la historia de fijación y forestación de las dunas, que básicamente, es la propia historia del lugar.


Pensar en la costa bonaerense argentina es trasladarse mentalmente a la calidez de sus playas, a la brisa marina dando esa necesaria bocanada de frescura necesaria, y a las reconocidas y populares peatonales que noche tras noche, sobre todo en épocas veraniegas, explotan de gente. 

Pero en Mar de las Pampas hay una propuesta diferente, un poco más alejada del tejo, los churros y las barrenadas. El sendero botánico “Mónica García” es el lugar ideal para estar en pleno contacto con la naturaleza y descubrir un poco más a fondo sobre la historia de Mar de las Pampas. El sendero surgió como iniciativa de la vecina y guía de museos Mónica García en 2004 (por eso el nombre elegido) y fue sostenida desde la Sociedad de Fomento de Mar de las Pampas (S.O.F.O).

El comienzo de todo

El recorrido consta de aproximadamente dos kilómetros de extensión, que suelen insumir entre 60 y 70 minutos. En total, son 4 paradas las que alberga el sendero y como siempre, la primera parada es la que marca el principio del recorrido, pero también de Mar de las Pampas… Porque invita a trasladarse en el tiempo, unos 50, 60 años atrás, cuando Mar de las Pampas aún era lugar donde el viento predominaba y la arena no dejaba de moverse.

A lo largo de este primer trayecto se pone en valor la preservación y cuidado de las especies nativas, aquellas que fueron un factor fundamentar para la fijación de los médanos. Y por eso gracias a la cartelería, es posible conocer diversos ejemplares y sus principales características.

Caminante no hay camino…

La segunda parada pone el foco en la traza urbana de estilo francés de Mar de las Pampas, a la vez que invita a recorrerlo y perderse en sus callecitas. Claro que siempre estarán las cuatro avenidas principales como referencia: Cruz del Sur, El Lucero, Del Plata y Juan de Garay.

Mientras el paisaje natural sorprende a cada paso, es posible toparse con ejemplares de pinos marítimos y flora nativa, cipreses mediterráneos, roble común, entre otros. La propuesta de esta parte del trayecto es simple y clara: “Respetar el paisaje y su medio ambiente, lograr un crecimiento sustentable y honrar el legado de quienes imaginaron y fundaron Mar de las Pampas”.

La casa de los peones

La tercera parada es muy especial, ya que allí descansa el único patrimonio que queda en pie, de las primeras viviendas utilizadas en la fundación de Mar de las Pampas. Hablamos de una construcción muy modesta y sencilla, que data de 1960, con paredes blancas, aberturas de madera y techo de chapa de fibrocemento.

A solo unos metros de la casa, se vislumbra una construcción rectangular de ladrillos donde descansa otra reliquia: un gran tanque de almacenamiento de agua para riego, que también es un verdadero símbolo para Mar de las Pampas, y fue declarado patrimonio histórico.

Esquina de los aromos

La última parada es por demás especial: denominada así por encontrarse esta especie ubicada de manera estratégica frente a una de las distintas reservas con las que cuenta la localidad. De hecho, Mar de las Pampas posee a lo largo de su urbanización mayor porcentaje de espacios verdes que los determinados para construcción. 

Por Christian Ali Bravo.

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