Más allá del mar, destinos bonaerenses para las vacaciones de verano
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Elogiada por sus playas, la costa bonaerense también tiene vida turística lejos de la arena. Aquí, cinco planes para descansar de la sístole y diástole de olas perpetuas, sin dejar de disfrutar de la naturaleza y el aire libre.
Por Esteban Raies.
De los casi 1200 kilómetros de costa que la provincia de Buenos Aires tiene sobre el océano Atlántico, desde la bahía Samborombón hasta la desembocadura del río Negro, las opciones para el turista son infinitas de cara al mar: desde un Concurso Nacional de figuras y castillos de arena que tendrá lugar el 11 de febrero en San Bernardo (Av. Costanera y Zuviría) y el 25 de febrero en Las Toninas (Playa y Calle 26), pasando por su variada agenda artística pública y privada, hasta la sola contemplación del sol en destinos como Arenas Verdes o Necochea. Por eso, no se trata de darle la espalda al mar, sino de dejarlo descansar de las olas perpetuas para dedicar una mirada curiosa más allá del horizonte. Porque la costa atlántica bonaerense tiene lugares y actividades para disfrutar en días nublados, o para escapar al vértigo que significó vacacionar en sus playas al menos en enero de 2022, donde se anotó entre los tres destinos más elegidos del país.
De un lado al otro, la recorremos para mostrar los encantos de lugares que son considerados por las familias, apuradas por cortar con actividades distintas a la lógica de reposera-arena-mar, sin dejar de disfrutar de la naturaleza y el aire libre.
Mar del Plata. Desde 2014, Trapiche, la bodega oriunda de la mendocina Maipú, cosecha vides en un espacio ondulado pero sin montañas, con un régimen de lluvia generoso y un clima frío, a 6 kilómetros de la costa, en la que es la primera bodega oceánica del país. Durante la temporada y con previa reserva, recibe turistas, ofrece degustaciones y un recorrido con los detalles del proceso productivo. Para llegar desde Mar del Plata, se toma el viejo camino (de asfalto) a Miramar hasta ver el cartel de la bodega, y se recorren unos 1,5 kilómetros por un camino polvoriento, desde el cual ya se ven los primeros viñedos.
En Costa & Pampa la cosecha es manual y la bodega embotella en origen. En la degustación ofrecen Chardonnay, Pinot Noir y un espumante (Brut Rosé, con 11,5% de alcohol). “Veinte por ciento de nuestro vino pasa ocho meses en barricas de roble francés nuevo; eso le da untuosidad y gustito a madera sin llegar a ser invasivo. Aquí no logramos vinos de mucha graduación alcohólica por el clima”, cuenta Ezequiel Ortego, el enólogo. La bodega tiene una sola etiqueta tinta: Pinot Noir, de un violáceo tímido debido a la fina piel de las uvas, ligado esto al clima distintivo del lugar. “Quiero que la gente se coma un pescado con vino de la costa”, apuesta Ortego, que también desarrolla un Sauvignon Blanc, indicado al respecto.
Bodega Costa & Pampa (Estancia Santa Isabel). Calle 749 y Av. Antártida Argentina km 16. Tel.: 0223 464-4312.
Balcarce. A 30 kilómetros de Mar del Plata, en el kilómetro 40 de la ruta 226, hay una laguna enmarcada por sierras bajas donde se pueden practicar diversas actividades recreativas como remo y pesca con devolución. Conocida como Laguna Brava o Laguna La Brava, y con una profundidad que no supera los 8 metros, este espejo de agua es posta de los pescadores que aman el pejerrey. Además, la gran cantidad de eucaliptus hace que, por las mañanas y por las tardes, una variada cantidad de aves se juegue la vida en cada trino.
Miramar. Más allá de sus 22 kilómetros de playa, esta ciudad del partido de General Alvarado tiene atractivos como para sumar a la ecuación olas más viento. El vivero “Florentino Ameghino”, una de las perlas verdes del lugar, sufrió un severo incendio en enero pasado y su paisaje cambió de los verdes variados al negro de los árboles desfoliados por el fuego. Sin embargo, la ciudad ofrece caminos bellos lejos del mar.
Saliendo de Mar del Plata por la Avenida Peralta Ramos, tomando el Camino Viejo a Miramar, se atraviesa Chapadmalal y sus ondulaciones con atardeceres fotografiables. Al llegar a la mitad del trayecto, un acceso asfaltado anuncia el Camino de las Estancias: Santa Silvina, Santa Lucía, El Cisne, entre otros establecimientos familiares dedicados a la agricultura. La Estancia Santa Isabel, con una escuela fundada a principios del siglo XX, ofrece diversas actividades como cabalgatas, safaris fotográficos, paseos en carruajes y golf. Luego el camino avanza sobre los verdes del campo hasta llegar a Miramar.
El bosque energético es uno de los lugares más enigmáticos de la zona porque tiene un atractivo extra al natural: las ramas colocadas en forma de “T” permanecen como un equilibrista en perfecta vertical sin caerse jamás, y sin que puedan hallar una explicación científica al respecto. Se llega al lugar por la Avenida 40 (continuación de la Ruta Provincial 11) camino a Mar del Sud, a 5 kilómetros de la ciudad de Miramar. El lugar tiene estacionamiento, juegos infantiles y puestos de ventas de artesanías.
Costa del Este. Escondida entre Aguas Verdes y Mar del Tuyú, la “playa del millón de pinos” reafirma ese alias con bosques ideales para caminar en verano y también para animarse a una senda de cicloturismo guiada. En escenarios naturales, por calles tranquilas, los paseos a cargo del municipio incluyen bicicleta y casco, y están coordinados por profesores de educación física y guías de turismo, con la idea de conocer la flora y la fauna del lugar. La actividad se puede realizar de martes a domingos, de 8.30 a 10.00 horas y de 18.00 a 19.30 horas. Se recomienda llevar dos litros de agua por persona, ropa cómoda y zapatillas.
Pinamar. La ciudad de los pinos, de los bosques frondosos y frescos, la del hermoso Camino Parque de los Pioneros (una senda asfaltada apta para bicicletas y pedestrismo), la del bello barrio Pinamar Norte, tiene también un potente capital artístico repartido que es interesante conocer. Al estilo de Resistencia, la gran ciudad argentina de las esculturas, Pinamar tiene más de 60 obras escultóricas de artistas como Marta Minujín, Carlos Alonso y Federico Bacher, emplazadas por toda la ciudad.
El Golf Links Pinamar, el Playas Hotel, el balneario Barbados, el balneario Kota Beach, el mismo Camino Parque Los Pioneros y la Galería Pinamar Plaza, son algunos de los lugares donde pueden visitarse las obras en este circuito a cielo abierto coordinado por el Parque Escultórico Pinamar (PEP).
La ciudad se convirtió en una perfecta fusión de arte, naturaleza y diseño. Además de contar con obras imperdibles de Clorindo Testa, uno de los más grandes arquitectos modernos, proyectos artísticos como Pionera Galería (ubicada en la esquina de De La Sirena y Caracol), o spots como la Casa-Museo Víctor Magariños D., declarado patrimonio histórico y cultural, son propuestas ideales para la caída del sol.
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