MATRIX – LA GRAN ILUSIÓN
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A 20 AÑOS DE SU ESTRENO, LA PELÍCULA DE LAS HERMANAS LANA Y LILI WACHOWSKI SIGUE IMPACTANDO CON SU HISTORIA Y SIMBOLISMOS, NOVEDOSOS EFECTOS ESPECIALES Y LA IDEA DE QUE EL MUNDO ES, HOY MÁS QUE NUNCA, UN SITIO DOMINADO POR MÁQUINAS.Se estrenó en Estados Unidos el 31 de marzo de 1999, y con apenas algunos meses de diferencia en el resto del mundo (el 10 de junio llegó a los cines argentinos). Sin embargo el impacto que produjo fue global. Y aún hoy Matrix sigue siendo vehículo de fascinación e intriga. Fascinación porque asomarse a ella es ver la primera vez de muchos elementos que hoy son norma en el cine de acción; intriga porque su trama, plagada de referencias filosóficas, religiosas y culturales, presenta todavía un desafío para nuevas audiencias. Es cierto que hubo otras dos películas completando la trilogía (Matrix Recargado y Matrix Revoluciones, ambas de 2003), pero es la primera la que marcó el cine de Hollywood de fines del siglo XX. Para bien y para mal.
LA PELÍCULA PUSO EN CIRCULACIÓN ESE RECURSO GENIAL LLAMADO LLAMADO “BULLET TIME”, QUE LITERALMENTE DETENÍA EL TIEMPO.Matrix cuenta lo historia de Thomas Anderson (Keanu Reeves), un experto informático que por las noches y en la oscuridad de su departamento opera como hacker bajo el seudónimo de Neo. En la búsqueda de un terrorista llamado Morfeo (Lawrence Fishburne), descubre que en realidad es éste quien está tras él con el objeto de reclutarlo para que se una a la resistencia de algo de lo que Anderson oyó hablar vagamente: la Matrix. Para encontrarlo, Morfeo envía a la agente Trinity (Carrie-Anne Moss), pero le ganan de mano unos tipos trajeados con aspecto de agentes del FBI cuyo líder es el Sr. Smith (Hugo Weaving). Cuando Trinity lo rescata, Neo sabe la verdad de boca de Morfeo: el mundo real es una simulación creada por computadora ya que la Tierra ha sido dominada y devastada por máquinas que usan a los humanos para producir energía mientras los mantienen en una especie de tanque y conectados para que vivan su vida virtual. Los hombres de negro son en realidad agentes de la Matrix que buscan a los miembros de la resistencia –un puñado de hombres y mujeres refugiados en una nave subterránea y cuya misión es liberar a la humanidad– para acabar con ella. Según Morfeo, Neo es El Elegido, aquel destinado a ser el líder de la liberación definitiva. Un dato en forma de pregunta(s) que la película intenta contestar utilizando modos del cómic que se traducen en peleas estilo oriental, efectos especiales revolucionarios, estética cyberpunk y un argumento con toques new age. El film recaudó más de 400 millones de dólares pero a priori no parecía entusiasmar mucho ni a los ejecutivos de Warner Bros ni a los actores soñados por las Wachowski para protagonizarlo (en aquel momento eran “los” Wachowski, Larry y Andy, ya que aún no habían hecho cambio de sexo). Jean Reno y Will Smith rechazaron ser Morfeo y Val Kilmer y Leonardo DiCaprio fueron los primeros candidatos para Neo. Todos perdieron la chance de formar parte de una película que, como asegura un artículo reciente de New York Magazine, “no anticipó nuestro mundo pero anticipó, y probablemente creó, una nueva forma de ver ese mundo”.
En cuanto a puesta en escena y tratamiento de personajes, por primera vez Matrix planteó un héroe no musculoso, tan valiente como para desplegar superpoderes y tan sensible como para resucitar por amor. Una postura deudora del animé, así como lo eran también las peleas híper coreografiadas y ese recurso genial llamado “Bullet Time”, que literalmente detenía el tiempo ya fuera para que la cámara mostrara una perspectiva de 360o sobre la misma acción o para que los protagonistas esquivaran los balazos. Hoy lo usan desde filmes como Deadpool hasta escrutadores shows de Red Carpet. ¿Y qué decir del vestuario, con esos anteojos negros ceñidos a los ojos y esos abrigos largos de cuero, tan fashion y dark al mismo tiempo? ¿O de la banda de sonido, una hipnótica lista de temas de Rage Against the Machine, Marilyn Manson, Prodigy, Rammstein, Proppelerheads y Rob D?
Como se dijo más arriba, Matrix anticipó muchas cosas. El ejemplo más claro, palpable y con reverberancia en la actualidad tal vez radique en ese texto de letras verdes que los revolucionarios ven caer en forma de lluvia digital y que es la única manera de presenciar un mundo simulado (¿alguien dijo Twitter?). Ese que vive y muere en una pantalla.