Recorrido histórico por las Estancias Jesuíticas
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La provincia de Córdoba ofrece múltiples destinos turísticos. Es ideal para las personas que buscan aventuras en las montañas, actividades de ocio, trekking y conocer un poco de historia sobre nuestro país.
Para disfrutar del turismo cultural, la ciudad montañosa presenta una excursión por las estancias donde pasaron parte de sus vidas los jesuitas, las cuales eran asentamientos de uso agropecuarios.
Los establecimientos que componen este recorrido, comenzaron a construirse en 1615 y fueron abandonados luego de la Pragmática Sanción de 1715 dictada por el rey Carlos III de España, provocando la expulsión de los jesuitas del continente.
Dicho trayecto cuenta con seis estancias, llamadas: Jesús María, Santa Catalina, Caroya, La candelaria, Alta Gracia y San Ignacio.
Al ser un lugar de interés histórico, la UNESCO lo inscribió en la Lista de Patrimonio de la Humanidad en el 2000 y fue denominado “Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba”. Es una salida imperdible para aquellos que deseen descubrir los patrimonios de la provincia y conocer paisajes deslumbrantes.
Manzana Jesuítica
El paseo comprende varios edificaciones que expresan el arte barroco en todo su esplendor, está compuesto por: la Iglesia de la Compañía, la Capilla Doméstica, el Recortado de la Universidad Nacional de Córdoba y la Residencia de los padres. A su vez tiene sus propias dependencias administrativas: el claustro, Salón de Grados, la Biblioteca Mayor y el Colegio Nacional de Monserrat.
Estancia Jesús María
Convertida en el Museo Jesuítico Nacional, la estancia Jesús María fue construida en 1618 y estaba dedicada a la producción vitivinícola.
Al recorrer este sitio, los turistas descubrirán la iglesia, la residencia, los antiguos molinos y la bodega.
Dentro del museo se realizan varias exhibiciones de colecciones sobre los objetos que eran utilizados por los jesuitas. A su vez, hay distintas conferencias, seminarios, charlas y visitas guiadas.
Estancia Caroya
Ubicada a 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba, la Estancia Caroya fue el primer establecimiento rural que organizaron la Compañía de Jesús en 1616.
Lo que más sorprende a los turistas es la estructura colonial que conserva el sitio. Dentro de él encontrarán un patio en claustro y la Capilla, descubrirán el tajamar, los restos del molino, el perchel y áreas de la quinta.
Estancia La Candelaria
Construida en 1683, la Estancia La Candelaria era un establecimiento rural ganadero. Se encuentra ubicada a 150 kilómetros de la ciudad de Córdoba, en “Pampa de San Luis”, al norte de las Sierras Grandes.
Es un lugar ideal para aquellos que busquen conocer la cultura jesuítica y describir paisajes naturales. La candelaria está en medios de un entorno natural, posee una capilla y la residencia del padre. Fue catalogada como una de las mejores conservadas.
Los turistas también conocerán las ruinas de ranchería, el tajamar, las acequias, el molino, la iglesia y los corrales.
Estancia Santa Catalina
Construida en 1622, es el mayor conjunto arquitectónico construido por la Compañía. Era utilizado con fines de producción agropecuaria.
Los que decidan conocer este legado jesuítico, descubrirán un diseño de los siglos XVII y XVIII. El cual contiene un iglesia monumental influenciada por el arte barroco, un pequeño cementerio, la residencia de los padres, patios con acceso a huertas, el noviciado, la ranchería, los hornos y el sistema hidráulico.
Estancia Alta Gracia
A sólo 38 kilómetros de Córdoba Capital, se encuentra la Estancia Alta Gracia construida en 1643.
Compuesta por una iglesia con deslumbrante arte barroco, la residencia de los padres en donde funciona el Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers, dentro de él hay una gran colección de objetos del siglo XVII, XVIII y XIX.
Los más deslumbrante es la escalinata central que lleva al acceso del sitio. Como en todas las anteriores, se encuentran los restos del obraje, el tajamar y las ruinas del molino.