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Top 5 ciudades Intraterrenas Argentinas

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Por Gimena Bugallo y Carolina Barbosa


Nuestro universo es multidimensional, sin tiempo, ni espacio. Formamos parte de un campo infinito de energía donde todos estamos conectados, no sólo entre nosotros, sino con las plantas, animales y, por qué no, otros seres. Cada vez nos aperturamos más a aceptar la existencia de extraterrestes que sobrevuelan nuestros cielos, creemos que es algo lejano que nos visita cada tanto pero, ¿qué ocurre en nuestros suelos? ¿Qué podemos decir de las civilizaciones intraterrenas y sus habitantes?

Tal como es descrito en su nombre, ellos están dentro de nuestro planeta Tierra, por ende, coexisten con nosotros en distintas dimensiones. Las dimensiones no son lugares físicos sino que representan diferentes grados de conciencia que, al vibrar en otras frecuencias, permiten la existencia de mundos paralelos.

Vivimos en un universo trínito: La Santísima Trinidad es la fuente de la creación de todo tipo de vida y no es otra cosa más que el sonido, la luz y la forma. En otras palabras, la frecuencia del sonido genera la energía de la luz que se contrae, dando lugar a las formas que originan lo existente, que también llamamos materia. Acá en la Tierra lo conocimos primero como Padre, Madre e Hijo y, cuando quisimos sacar al divino femenino de la ecuación porque estorbaba, nos quedamos con Padre, Hijo y Espíritu Santo. A veces, no es necesario modificar las palabras sino cambiar las interpretaciones de las mismas y desterrar los significados erróneos que nos fueron enseñando con el transcurso del tiempo. Puede que a muchos nos cueste creer en estas cosas dado que la sociedad nunca nos habló de ellas pero, como dijo Mark Twain, es más fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido engañados.

Hace diez años atrás, con la llegada del año 2012, cerramos un ciclo de 12 mil años para dar inicio a otros 12 mil pero, esta vez, de día galáctico para la humanidad. Esto quiere decir que se activa toda la sabiduría dormida que habita en nuestro interior y que una nueva era comenzó para el planeta Tierra donde todo lo que yacía oculto saldrá a la luz.

Las ciudades intraterrenas guardan este y todo tipo de conocimientos para nuestra iluminación. Tienen un rol preponderante en esta tarea de acompañar a los humanos a transformarse, transmutar y ascender en conciencia. Lo invisible ya está disponible para todos. La meta es conectar con el amor que somos.

Erks, Córdoba: En la región de Punilla, detrás de las montañas de Capilla del Monte, en el Valle del Silencio, yace este lugar que es la capital de las ciudades intraterrenas y que en idioma irdín significa Encuentro de Remanentes Cósmicos Siderales. En lo que a mística se refiere, antes de que llegaran los españoles a este sitio, los originarios eran los comechingones. Ellos rendían culto a las luces y a los seres que habitaban las sierras ya que tenían pleno conocimiento de lo que allí acontecía y estaban en comunión con eso. Según la ciencia hermética, en este lugar se dará la futura regeneración de la raza humana, pero para acceder se deberá, primeramente, sumergirse al propio mundo interno. Erks está comunicada directamente con la ciudad interdimensional de Montserrat, en Barcelona, y ambas realizan una labor en conjunto ya que Argentina trabaja el divino femenino y España el divino masculino. Juntas promueven la integración formando un campanario cósmico en el valle abierto a plena vista, aunque no pueda ser percibido por todos.

Ankar, La Rioja: En las inmediaciones de Talampaya, detrás de una magnánima formación rocosa y rojiza, se encuentra ‘Ciudad Perdida’, un portal a otros mundos que alberga el conocimiento para la raza humana. Si bien hay carteles que dirigen a las personas hasta allí, se tiene que acceder con un guía. Esta ciudad de luz tiene una enigmática relación que la uniría con Egipto, haciendo un trabajo en conjunto con las pirámides. La activación de la energía femenina, en armonía con el espíritu de la Tierra, es primordial en este sitio y por eso es que muchos grupos basan su trabajo en el número 5 ya que representa el tránsito del ser a través de una instrucción superior. Por este motivo, varias conexiones son expresadas con la estrella de 5 puntas o Tetragramaton, con la parte superior orientada hacia arriba, para hacer la alquimia del Ser humano, fundiéndose con la divinidad para volver al origen.

Iberah, Río Negro: A pocos kilómetros de la costa marítima de Viedma, en una dimensión paralela a nuestra área terrenal, se encuentra esta urbe subterránea habitada por seres que tienen la capacidad de vivir fuera del tiempo y del espacio, dado que están en un nivel evolutivo que no necesitan de la materia. Cuentan que este centro intraterreno fue el primer núcleo activo existente que se ocupó de la estabilización del magma central. De hecho, los seres que la habitan, utilizan la energía de la tierra y del agua y, con las corrientes magnéticas del planeta, ayudan a que la energía continúe siendo canalizada desde el centro de la galaxia, a través del sol y hacia el centro de la tierra. De esta manera, todos los portales pueden permanecer abiertos. Su misión es la transmutación de la materia en el plano cósmico y su labor se destina principalmente a la vida de la materia, es decir, a las formas manifestadas en el plano físico cósmico. Los procesos de transmutación son instrumentos de este enigmático centro.

Acur, Neuquén: Esta ciudad funciona como base operacional de los antiguos pueblos del desaparecido continente de Mú, una tierra más allá del mar oriental, la primera conciencia del universo y donde radica la historia de la cuna de la civilización. Mientras nosotros experimentamos como almas y como espíritus en este cuerpo físico, la tierra también lo hace y nos propone trabajar en conjunto. Es decir que, la transformación de la sociedad humana se tiene que alinear con la tierra para una evolución conjunta. Es muy poca la información que hay acerca de esta urbe, de hecho, no hay un punto de referencia terrenal para que podamos ubicarla pero son muchas las señales de contacto que las personas de la provincia están vivenciando, sólo hay que estar despiertos y abiertos para verlas.

Kayona, Antártida: Una ciudad congelada que aún sigue vigente. El continente blanco es un misterio para la gran mayoría de la humanidad, pero es un tesoro que alberga desde el principio de los tiempos, los secretos del cosmos. La palabra cosmos, del término griego κόσμος (kósmos), significa orden, un equilibrio dinámico. Los primeros asentamientos aquí, datan de hace eones y eones, y la presencia de científicos estelares que tuvieron bases submarinas señalan a la Antártida como el inicio de vida microscópica en nuestro planeta. Este espacio casi inexplorado, está directamente relacionado con Lemuria, el mundo perdido del océano Índico, con la que si logramos conectar, podemos acceder a las memorias ancestrales ocultas y recuperar el conocimiento de lo que realmente somos.

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