Top 5 Puntos energéticos
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Autoras: Gimena Bugallo y Carolina Barbosa.
Dentro de nuestro país existen reductos naturales que son considerados chakras planetarios ubicados de manera estratégica en diferentes zonas de nuestro mapa. Al permanecer en ellas, estamos invitados a conectar con nuestro ser, sintiendo –latido a latido– que el momento siempre es ahora.
Estos espacios nos secundan para desarrollar la sanación, la armonía y la paz interior. Traen aparejadas una vibración particular que nos ayuda, no sólo a disolver las construcciones mentales fijadas, sino a dejarnos llevar por esa magia interna, logrando así una comunión con lo sagrado que habita en cada uno de nosotros. Al hallarnos físicamente en estos territorios es como si cada una de estas áreas se transformara en una entidad viva que nos acompaña y potencia nuestro viaje. Es importante recordar que nadie nos puede indicar qué es lo que debemos sentir o cómo debemos predisponernos ante estos lugares. Sólo se requiere que sepamos identificar esos recovecos, para luego dejarnos fluir con el entorno y las energías que se albergan allí, y que están disponibles para todos.
Shincal, la huella inca, Catamarca: Un sitio arqueológico de importante magnitud conocido como la Cuzco argentina dadas sus semejanzas arquitectónicas con el Macchu Picchu. Considerada la segunda ciudad más antigua del país, este espacio que nos conecta automáticamente con el pasado está ubicado en el departamento de Belén, cerca del pueblo de Londres. Como en los grandes templos sagrados de la antigüedad, la piedra es la protagonista de las construcciones entre las que se destacan los ushnu, kallanka y las escalinatas en altura. Durante el verano es época de lluvias y se dificulta el acceso por lo que aconsejan visitarlo en el resto de las estaciones, aún si hace frío.
Bosque de Miramar, Buenos Aires: A sólo 5 km de la ciudad balnearia, se erige este bosque de pinos, denominado centro místico, que es visitado por turistas de todo el mundo, debido a que desafía las leyes de gravedad. El magnetismo del lugar es indiscutible: es conocido por el fenómeno de tomar dos ramitas del suelo y colocarlas en forma de “T”, y las mismas quedan sostenidas de una manera imposible. Algunos lo atribuyen a la caída de un meteorito en el lugar hace miles de años, otros cuentan que allí había un antiguo cementerio de pueblos originarios y que sus espíritus se hacen presentes y otros aseguran que es un portal dimensional. Lo cierto es que este bosque encantado es el enigma mejor guardado de la costa atlántica. Regalémonos la posibilidad de disfrutar aquello que no comprendemos con la mente, para entregarnos a la experiencia de asimilación con el corazón.
Península Mitre, Tierra del Fuego: Una de las maravillas ocultas a la vista de todos en Argentina, un ecosistema único que conecta 300 mil hectáreas de tierra y 200 mil de mar con un mensaje de esperanza: es uno de los pocos espacios de nuestro planeta libre del impacto del hombre. Existe un proyecto de ley para que la Península Mitre sea un área protegida, pero aún no fue aprobado. Es un lugar tan indómito, que oficia de faro para la humanidad. Lo que se mantiene inalterable es el viento. Las condiciones son extraordinarias para la vida del reino acuático: hay bosques prístinos de macroalgas, con especímenes de 15 metros, que son el refugio de la fauna marina y juegan un rol fundamental en la lucha contra el cambio climático. Hay quienes afirman que sus aguas están conectadas directamente con el continente sagrado de la Antártida, donde yace, para muchos, una ciudad intra-terrena que contiene los orígenes de la raza humana.
Ojos de Mar, Salta: En plena Puna argentina, a menos de 400 km de la capital de esta provincia, aparecen estas lagunas azules, turquesas y verdes que tienen un origen volcánico. El salar blanco que aquí habita se conjuga en perfecta armonía con estos ojos que son el resultado de un proceso de erosión y, si de magia se trata, hace unos años se descubrió la presencia de estromatolitos en ellos. Estos microorganismos han sido una de las primeras pruebas del origen de la vida en el planeta y se ocupan, entre otras cosas, de liberar oxígeno. Si bien está prohibido bañarse en los pozos de agua, contemplar las tonalidades que van cambiando con la danza de los rayos de sol, alimenta el alma y dicen que al hacerlo, el silencio es únicamente interrumpido por la música que trae el viento.
Isidris, Mendoza: Situado en la precordillera mendocina, en la Quebrada del Durazno, este lugar es visitado por muchos turistas en busca de sanación y recarga energética. Con un paisaje de montaña y la luna como testigo, se organizan experiencias de senderismo nocturno que confluyen en la tan renombrada ‘piedra de Isidris’. Conocido también como el equivalente al Cerro Uritorco, el mito de este sitio nace a partir del libro “Isidris, ciudad Dorada Intraterrena”, escrito por Verónica Lizana, donde narra su experiencia personal de telepatía con otros seres y entidades superiores que habitan esta zona, en otro plano de conciencia. Muchos visitantes afirman haber vivido fenómenos inexplicables. Las expediciones también pueden efectuarse durante el día, con un horizonte de montañas abrazador.