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TOP 5 destinos para hacer turismo onírico

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Por Gimena Bugallo y Carolina Barbosa


¿Cuántas veces nos levantamos después de un sueño tan vívido que sentimos que, eso que acabamos de experimentar, realmente pasó? Para muchos, es solo una instancia que visitamos al dormir pero, para otros, es más real que la realidad misma. Si intentamos explicarlo con la razón, se diluye como arena entre las manos pero, si dejamos que se expanda en nuestro corazón, aflora esa sabiduría interna que nos susurra al oído, que aquello acontecido verdaderamente ocurrió; quizás en otra dimensión, quizás con algún otro yo.

Soñar puede ser un viaje en el sentido literal de la palabra, ya que, para muchas culturas ancestrales, el sueño es un desplazamiento del alma que sale del cuerpo para visitar otros mundos. Si tenemos en cuenta que la inversión de perspectiva puede adentrarnos a distintas realidades donde lo imposible se vuelve posible, entonces el estadio del sueño puede ser el vehículo adecuado para inspeccionar esos universos fantásticos y aparentemente lejanos. 

Teniendo en cuenta toda esta información, ¿qué les parece si soñamos despiertos y nos trasladamos a esas geografías especiales, tierras de duendes y hadas, con leyendas antiguas de chamanes, curanderos y brujas? Acá te invitamos a que te sumerjas en el mundo onírico y descubras estos lugares encantados para adentrarte en una nueva aventura.

-El Durazno, Córdoba

“Dicen que en este valle, los duraznos son de los duendes”, cantaba Luis Alberto Spinetta en el tema que compuso, un poco inspirado en el libro tradicional chino, El secreto de la flor de oro y, otro poco, en este lugar mágico de Córdoba, donde ocurren cosas inexplicables para la razón humana. A menos de 10 km de Villa Yacanto, descendiendo por una pequeña cuesta, se llega a este asentamiento renombrado entre miles y miles de personas gracias a su belleza y serenidad. Acá abundan las historias sobre simpáticos seres que esconden cosas a modo de broma o relatos fantásticos en general. Es imperdible la casa de té Lahuen, que en mapuche significa ‘agua medicinal’, donde todo lo que sirven es exquisito, dentro de un espacio de cuento, perdido en el bosque. Ríos cristalinos, ollas profundas y apacibles para nadar o contemplar, playas y los múltiples verdes de su frondosa arboleda hacen, de este paraje, un Edén situado en el corazón de la naturaleza misma.

-Nazareno, Salta 

Quizás alguno lo conozca como el pueblo que resistió al turismo logrando que las autoridades dieran el brazo a torcer y no construyeran hosterías que estaban pactadas. Pero también, es habitual que casi nadie conozca este sitio porque es uno de los secretos mejor guardados entre las nubes de Salta. Cuando los lugares son tan mágicos, mucha circulación de gente puede opacar sus brillos. Ubicado al norte de la provincia, a 30 km de Iruya y escondido entre las montañas, se encuentra Nazareno. Cuenta con 3000 habitantes aproximadamente y es dueño de un paisaje andino soñado. No es un paraje acostumbrado a recibir gente, es muy silencioso y quien lo pisa, experimenta sensaciones únicas, tomando contacto con otras sintonías. Es el lugar del tiempo sin tiempo, ya que se desconoce su historia y origen: una localidad sin principio ni final.

Foto: Nicolás Heredia

-Valle encantado, Río Negro 

A orillas del Río Limay y a poco más de 60 km de San Carlos de Bariloche, se encuentra este espacio fecundado por un aura particular, salido de un cuento mágico. Al estar dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, el contacto profundo con la naturaleza es inevitable. Su flora radica en un sinfín de cipreses, álamos y sauces, que abrazan las aguas y se extienden a lo largo de todo el valle mientras que ciervos, guanacos y zorros, toman la bandera de la fauna que allí habita. Lo interesante de este lugar es que, gracias a la erosión producida por el viento, sus formaciones rocosas de origen volcánico simulan figuras que juegan con la imaginación de aquél que las visita. Se pueden ver animales, castillos, catedrales y figuras mitológicas contemplando las montañas y rocas. De hecho, algunas de ellas han sido bautizadas: “El dedo de Dios” es una de las más populares. Aquí no está permitido acampar ni hacer fuego pero se pueden contratar excursiones a caballo o trekking. 

Foto: Derio Ilari

-Parque temático Millán Lemú, Chubut

No podíamos dejar afuera este magnífico espacio temático ubicado en Lago Puelo, con seres mitológicos y de cuento de hadas. En medio del bosque patagónico encontramos este parque que, a través de recrear el mundo mágico de gnomos, elfos y duendes, fomenta la percepción de unidad con otros planos y otras formas de vida. Además, contribuye a la conciencia ecológica, basada en el cuidado y amor profundo con el medio ambiente porque, este mundo, es la casa de todos. El parque está dividido en 4 recorridos: La aldea de los duendes, Mallín, El bosque del Molino y El camino de las hadas, en donde más de 50 artistas argentinos dejaron sus obras para poblar el parque entre pinturas, esculturas y tallas en madera. ¡Imperdible!

-Bosque encantado de Cariló, Buenos Aires

A más de 360 km desde Buenos Aires y muy próxima al centro de Pinamar, emerge este área forestal que invita a vincularse con aires de tranquilidad y sosiego. La historia cuenta que el nombre Cariló es de lenguaje mapuche y significa ‘médano verde’. Este lugar nos regala una combinación perfecta de nuestra tierra: dunas, árboles, arena y océano. Pasear por el bosque es una experiencia que atraviesa hasta a los más escépticos: el aroma de las hojas, la brisa de mar que se esconde en los rincones y el cantar de las aves, forman el preludio que te acompaña al andar, entre las ramas y las piñas que decoran el suelo. Y es aquí donde la magia florece y las historias de percepción de otras dimensiones y seres comienzan a circular. Si bien se puede recorrer en bicicleta o a caballo, recomendamos hacerlo a pie, para conectar con la calma y poder sentir las energías que abundan y llevarte tu propio relato experimental en este lugar de ensueño, completamente real.

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