ZAPATILLAS hechas con BASURA: XINCA, el proyecto de MENDOZA que marca el camino de la MODA SUSTENTABLE
Compartir
Con el objetivo de crear un negocio rentable pero que a la vez tenga un impacto en el cuidado ambiental, tres amigos mendocinos llevan adelante este proyecto que produce calzado con neumáticos reciclados y residuos textiles.
En 2013, tres amigos mendocinos se unieron con un sueño en común: fundar una empresa que sea rentable pero que a la vez marcara una diferencia tangible, con un sincero sentido social y generando una carga ambiental mucho menor que los productos tradicionales. Hoy ese sueño es toda una realidad y ya cuenta con varias tiendas a lo largo del territorio nacional, y hasta tiene llegada a países vecinos como Chile y Uruguay.
La huella que está dejando Xinca Ecoshoes en el mundo es real y hasta consecuente con su rubro. Muestra de ello es su lema principal y que tanto orgullo les genera: “Nuestras zapatillas son basura”.
Paso al frente en el cuidado ambiental
La elección para iniciar este proyecto en la cuestionada industria de la moda no fue ninguna casualidad. Tal como se encargan de expresar en su página web, “tenemos claro que las modas pasan y que las personas quedan”. Así fue como Nazareno El Hom, Alejandro Malgor y Ezequiel Gatti, co-fundadores de Xinca, pensaron en crear zapatillas dando un paso al frente en el cuidado del medioambiente.
La reducción de la huella ambiental y la preservación de los recursos naturales del planeta son dos de los pilares en la confección de sus productos. Así surgió la posibilidad de que las suelas de las zapatillas sean realizadas con materiales que comúnmente terminan yendo a la basura, como neumáticos fuera de uso y residuos textiles.
Pero no solo eso: hasta las mailing bags son compostables, dado que están hechas de almidón de maíz y otros materiales biodegradables. Y gracias a su alianza con The Carbon Sink, miden y compensan la huella de carbono de cada uno de los envíos que realizan a través de su e-commerce.
Esto también está presente en su visión hacia el futuro: de cara al 2025, el objetivo de Xinca es lanzar una línea de calzado que sea 100% circular. Es decir, que se reutilicen suelas que queden fuera de uso para el desarrollo de los nuevos modelos.
El compromiso social es el camino
Pero el medioambiente no es lo único que se cuida desde Xinca, sino también su capital humano. Por eso se han enfocado en dar oportunidades a personas que por diferentes situaciones quedaron excluidas de la dinámica del sistema.
Qué mejor ejemplo de ello que Ramón Garro, primer colaborador en la nómina de la organización, a quien las chances de empleo le eran esquivas debido a sus dos operaciones de columna. O el de Ana María Alfaro, que tras haber recuperado su libertad en 2018 y golpear diversas puertas para reinsertarse en el campo laboral, solo vio como se abrían las de Xinca.
Este compromiso social trasciende hasta las paredes del Penal San Felipe, ubicado en la ciudad de Mendoza, ya que son más de 80 internos de dicha dependencia los encargadas de confeccionar las zapatillas que después sale a la venta. Así, intentan que los reclusos puedan contar con herramientas y conocimientos para su futura reinserción laboral.
Para que el impacto sea aún mayor y cada vez más gente se involucre con el compromiso social, también brindan charlas sobre su experiencia en diferentes colegios y universidades, y asesoran a otros emprendedores y empresas.
Sí, como dice el inexpugnable refrán, la basura de unos es el tesoro de otros.
Por Christian Ali Bravo
- También te puede interesar: Aprendieron los SECRETOS del ACEITE de OLIVA en ESPAÑA y ahora elaboran un PRODUCTO premiado en la ARGENTINA