Efecto Mama Antula: Villa Silípica, el «nuevo imán» del turismo religioso
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A partir de que el papa Francisco la declarara santa, la primera argentina, turistas de todos los puntos del país se muestran interesados en conocer especialmente a la santiagueña Villa Silípica, en donde la tradición oral, testimonios y algunos documentos ubican como lugar de nacimiento de Mama Antula y en donde está el Santuario en su honor, el cual está abierto todos los días, según dijo el padre Ramón Mario Tenti.
«Mama Antula es un fenómeno cultural que excede a la religión y a la iglesia», consideró el párroco, quien, tras recordar a la multitud que aguardó y acompañó la canonización del domingo pasado, señaló: «Ahora todos vienen a Silípica. Ha vuelto a surgir la fe en personas que la tenían dormida y eso gracias a nuestra santa».
Es tan importante el movimiento que generó Mama Antula en Villa Silípica, que -dijo Tenti- «estamos agrandando el terreno en donde está el Santuario».
Además, el religioso destacó que será nombrada «Patrona de la provincia» de Santiago del Estero, por lo cual «vamos a presentar un proyecto de ley para que se declare tierra santa Silípica, como un lugar de encuentro con Dios».
Caminando, Mama Antula llevó su evangelización por diferentes lugares de la provincia, tales como Loreto, Salavina, Soconcho, la capital santiagueña. Desde sus 15 a sus 35 años colaboró con los jesuitas en la promoción y organización de los célebres ejercicios espirituales del fundador de esa orden religiosa: San Ignacio de Loyola.
Por su parte, el director de Patrimonio Cultural de la provincia, Alejandro Yocca, dijo que coincide con Tenti sobre los lugares en donde estuvo Mama Antula, y agregó que, «en un breve relato de antecedentes y referencias geográficas de los sitios históricos de la Compañía de Jesús en el actual territorio de la provincia de Santiago del Estero, podemos señalar que los jesuitas, ejemplo de organización y desarrollo económico e institucional, fundaron, recibieron en donación y adquirieron en el actual territorio santiagueño, y en los espacios geográficos de las actuales provincias de Catamarca y Tucumán, importantes estancias en las que llevaron adelante la producción agrícola y sobretodo ganadera (Quimilpa, San Ignacio, Maco, Silípica y El Palomar entre otras)».
A la vez la calificó a Mama Antula como una «Santa quichuista», ya que hablaba ese idioma con los aborígenes en donde evangelizaba y la consideró como una «contemporánea de la Revolución Industrial, las revoluciones burguesas norteamericana y francesa, y el proceso de Independencia de las provincias unidas del Río de la Plata».
Además, manifestó que «los jesuitas activaron su acción evangelizadora con una prolífica construcción de iglesias en los Pueblos de Indios bajo régimen de encomienda, ubicados mayoritariamente en las márgenes derechas de los ríos Dulce y Salado, y en las serranías de Guasayán y de Sumampa».
Hoy, en casi todas las iglesias santiagueñas hay una imagen de Mama Antula, y en la Capital, en la Catedral Basílica también se instaló a esta Santa en la cual también los visitantes pueden disfrutar.
Otro párrafo aparte merece la sala de los jesuitas, en el Museo Histórico, ubicado en el Centro Cultural del Bicentenario, en la ciudad Capital, al frente de la plaza Libertad, en donde hay un registro de objetos y documentos sobre la misión de los jesuitas, con los que colaboró Mama Antula.