Manual del bienestar: Turismo Wellness

Cada vez son más los viajeros que eligen el turismo wellness para disfrutar de sus vacaciones. Acá los mejores spots para vivir unos días a puro relax (y decirle chau al estrés) en la provincia de los viñedos. 

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Por Camila Gomez.

Cada vez son más las personas que toman conciencia y deciden incorporar buenos hábitos de cuidado físico, mental y espiritual en sus vacaciones: buscan que sus viajes incluyan experiencias en contacto con la naturaleza, rutinas en centros de spa, clases de gimnasio y opciones saludables a la hora de alimentarse. Por esa razón, el wellness o turismo bienestar se disparó en todo el mundo y varios destinos se prepararon para satisfacer las nuevas demandas de los viajeros. A nivel nacional, una de las provincias recomendadas para disfrutar de una estadía a puro relax es Mendoza. Además de ser el principal centro vitivinícola de la Argentina y guardar en sus tierras una gran variedad de sitios para explorar paisajes naturales, posee uno de los yacimientos termales más importantes de América del Sur.

A 38 kilómetros de su capital, en el departamento Luján de Cuyo y a orillas del río Mendoza, se encuentra el Parque de Agua Termas Cacheuta. Rodeado por la cordillera de los Andes, cuenta con distintas piscinas con temperaturas que varían entre los 35 y 50 grados donde es posible realizar hidroterapia. El complejo se encuentra dividido en tres niveles: el primero, con un sitio interactivo para niños y piscinas internas que están techadas (algunas tipo jacuzzi); el segundo, constituido por las albercas externas sin cubierta, con toboganes y un vaporeon con agua termal; y el tercero (abierto sólo del 21 de septiembre hasta Semana Santa), con piletas de agua templada, la mayoría con burbujas y chorros de agua para masajes.

El Parque, abierto de 10 a 18 horas, cuenta con instalaciones como quinchos y parrillas para disfrutar de un almuerzo al aire libre, un restaurante con platos típicos, una fábrica de cerveza artesanal y un almacén donde es posible encontrar lo necesario para pasar el día. Pero además, está preparado para quienes buscan realizar actividades en la montaña: es posible escalar en rappel sobre una pared de 37 metros con arnés, deslizarse en una tirolesa doble de 180 metros y cruzar el río Mendoza, aventurarse en rafting o llevar adelante un trekking por senderos montañosos, todo bajo la atenta mirada de guías profesionales. Los sábados y domingos es necesario reservar la entrada con anticipación, pero en la semana el ingreso es por orden de llegada (se debe hacer bien temprano en la mañana).

A 800 metros de las Termas, está ubicado el Cacheuta Termas & Hotel Spa, un alojamiento que cuenta con 16 habitaciones, que incluyen baños de agua termal, aire acondicionado y calefacción. Algunas ofrecen vistas al complejo y las montañas, y otras cuentan con panorámicas internas con un estilo rústico. Los huéspedes pueden disfrutar de una nutrida oferta de servicios que promueven el turismo de bienestar, como masajes  descontracturantes, aromaterapia, reflexología, spa, terapias corporales y meditación.

La gastronomía regional y artesanal completan la experiencia. El restaurante del hospedaje brinda un menú que abarca desayuno, almuerzo criollo, cena y aperitivo. El asado a leña, los vinos y el buffet con ingredientes locales y platos vegetarianos, son los protagonistas del deleite de todos los comensales.Para aquellos con espíritu aventurero, Cacheuta Termas & Hotel Spa ofrece la posibilidad de realizar las mismas actividades de turismo aventura que se llevan a cabo en el Parque, como tirolesa, trekking por senderos montañosos, ciclismo y nado. Además, ofrece servicios de traslado puerta a puerta: el recorrido comienza a las 9 horas, se recoge a los turistas en sus respectivos hoteles y se arriba al complejo termal tras una hora y media de viaje.

Pero la magia del turismo mendocino no termina en las Termas. Otro de los spots ideales para disfrutar de un descanso y despejar la mente, son las Salinas del Diamante, ubicadas en el distrito El Nihuil, a 60 kilómetros de San Rafael. Esta enorme mina de sal a cielo abierto se formó por la evaporación del agua de mar, dando como resultado una laguna y un enorme suelo salado que hoy constituyen un área protegida teñida de blanco.En el territorio hay una capilla de hojas verdes y un Museo de la Sal, donde los visitantes pueden adquirir productos como sales de baño para relajarse en un placentero baño. Atención: es fundamental llevar gafas de sol para disfrutar del paisaje y proteger la vista.

Está claro que Mendoza es mucho más que montañas y viñedos. Una de las postales naturales más exóticas y asombrosas de la ciudad es el Pozo de las Ánimas. Situado a pocos kilómetros de Malargüe, se trata de dos cavidades gigantes denominadas “dolinas”, que tienen un origen muy particular. Las aguas subterráneas formaron grandes cavernas, que luego de varios años ensancharon sus paredes hasta provocar la caída de los techos y dejaron expuestos dos pozos con espejos de agua verde de casi cien metros de diámetro cada uno. Una creación de la naturaleza para deleitar la vista y relajar la mente.